Interés GeneralInternacionalesPortada

Inquietante escalada militar en la islas Malvinas por parte del Reino Unido

Por Daysi Rendo Gadea Gustavo Abu Arab (periodistas del Primer Curso de Capacitación sobre la Cuestión Malvinas de APeRA)

“Generar reglas para luego romperlas” suele ser la clásica conducta británica en su política exterior cuándo se habla de compromisos asumidos.

Frase que nos deja la historia dando inicio a esta investigación sobre la base militar de Monte Agradable, la más grande de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Atlántico Sur, ubicada en la isla Soledad, entre las seis bases conocidas en territorio de las islas Malvinas, usurpadas en 1833 a la Argentina.

Inaugurada en mayo de 1985 por el ilegal gobierno británico en las Malvinas , la base de Monte Agradable, a 50 kilómetros de Puerto Argentino, contó con la presencia del príncipe Andrés de York. Ocurrió tres años después del conflicto bélico, en terrenos que no facilitaron para nada su emplazamiento y crecimiento.

Hoy tiene 8 kilómetros cuadrados y la pista de aterrizaje es de las más grandes de la región.

Desde el aire se observan varios edificios de importante tamaño, también instalaciones subterráneas desconocidas y viviendas para el personal.

El despliegue que se advierte pone en duda el número de mil efectivos apostados en el lugar, cómo informa a la prensa el comandante de las fuerzas ocupantes Jonathan Lett, asumido el 20 noviembre de 2020.

Con una pista auxiliar agregada, ha sido incluida la base OTAN también cómo aeropuerto de pasajeros por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) siglas en inglés.

Asimismo está en condiciones operativas de recibir vuelos turísticos, en este caso en espacios militares dónde está prohibido todo registro fílmico o fotográfico.

Mientras, a pocos kilómetros, sobre la costa insular en bahía Yegua, progresa la construcción de otra unidad, en este caso naval, para amarre de todo tipo de embarcaciones en conexión con el Complejo Monte Agradable

Esta infraestructura es un componente de alcance global junto al aeropuerto de Puerto Argentino.

Por eso, los cambios realizados en los últimos años por el gobierno del Reino Unido transforman las islas Malvinas en estratégico punto clave de control y vigilancia. Situación que ante cualquier cambio geoestratégico o político global del mundo se torna preocupante.

Enclave militar

El poder británico aprovecha su posicionamiento en el Atlántico Sur de diversas formas.  Una es agregando capacidades de ataque y defensa, que es lo que se pretende visibilizar en esta nota, ya que ese enclave militar pone en serio riesgo la zona libre de armas nucleares del Atlántico Sur, como establece el Tratado de Tlatelolco, que entró en vigencia en1969.

Además, en ese contexto, el Reino Unido genera en la región que los países firmantes del Tratado de Paz y Cooperación para el Atlántico Sur (1986) violen lo que establece este convenio, al permitirle -países vecinos del Mercosur- el uso de los espacios aéreos  marítimos y terrestres para el paso hacia las islas Malvinas. Eso se hace bajo la permanente presión británica, bajo la advertencia de que de lo contrario no habrá negocios comerciales. Facilidades logísticas que atentan contra la solidaridad internacional.

Así, se suceden divergentes posiciones, como las adoptadas por el gobierno de Brasil, que van de la solidaridad con Argentina por Malvinas en los foros internacionales, a aceptar los pedidos de sobrevuelo de su espacio aéreo y de amarre en sus puertos de unidades militares.

También se registra el apoyo que les ofrece Chile desde su zona más austral en todo tipo de circunstancias.

Inclusive en la organización de los planes de los vuelos comerciales desde ese país hacia las islas Malvinas o Uruguay, por ejemplo, manteniendo cercanía en actividades económicas comunes

La proyección hacia la Antártida

El arsenal estratégico instalado en Malvinas sostiene pretensiones sin dudas de que el gobierno británico quiere utilizar por la proyección territorial hacía la Antártida, dónde siete países reivindican soberanía real y Argentina -pionera- mantiene presencia continua desde 1904.

Las fuerzas armadas ocupantes tampoco cumplen con informar los movimientos de sus buques y aviones en el continente blanco, asunto que deberá establecer, reglamentar y definir el próximo el Tratado Antártico, con sus 42 países integrantes, firmado en 1959 en los Estados Unidos   

Todo el tiempo, desde Malvinas, están en funcionamiento redes de espionaje tecnológico para la guerra electrónica y sistemas de armas apuntando al continente y el océano.

Monte Agradable cuenta con apoyo logístico clave y directo desde la base militar de la Real Fuerza Aérea – RAF-  Brize Norton, a 50 kilómetros de la capital de Inglaterra.

Con unidades de despliegue táctico rápido que dependen de estructuras de comando de la alianza militar intergubernamental llamada OTAN, pero en el en el Atlántico Sur, con jurisdicción desde la Isla Ascensión hasta la Antártida.

Decenas de científicos trabajan en  el lugar lo que denota una actividad  en potenciales proyectos de investigación de alta tecnología militar

Cuando se menciona armas de última generación la referencia es al recientemente instalado sistema de misiles de ataque y defensa Sky Sabre, que llevó cuatro años de trabajo. Se trata de un vector modular antiaéreo común ( CAMM) con un lanzador de soporte más dos vehículos complementarios preparado para terrenos difíciles y listo para ser disparado en veinte minutos cuyo costo para el estado ocupante  ha sido de más de trescientos millones de dólares. En reemplazo del antiguo misil tierra – aire Rapier  utilizado durante la guerra del ’82

. La información sobre en relación a  los vuelos entre la base Brize-Norton y la islas Malvinas señala:

Desde principios de 2020 hasta la fecha se ha comprobado, día por día, cómo se mantienen los vuelos a la base aeronaval de Monte Agradable, ida y vuelta.

Se hace utilizando mayormente dos aeronaves de gran porte como son el Airbus A330 MRTT para transporte militar y civil y también cisterna multipropósito junto al Airbus A400M avión de transporte militar de largo alcance denominado Grizzly (subespecie del oso pardo más grande del planeta) es enorme la cantidad de elementos y cargas que este puente aéreo que ellos llaman Air Tanker (cómo una línea de aviación, pero militar que realiza transportes de personal y despacho de envíos) 

Son vuelos que en algunos casos hacen escala en Dakar, Senegal o en el aeropuerto de Espargos en la isla Cabo Verde y también en Río de Janeiro, Brasil,  más el aeropuerto Carrasco, de Montevideo.

En declaraciones a la prensa, el presidente brasileño Jair Bolsonaro ha sostenido que no impedirá “la escala técnica de apoyo y reabastecimiento a barcos y aviones que soliciten ingresar a su territorio”.

Los  datos que se informan se observan continuamente en los sitios on line de seguimiento satelital a nivel mundial.

En estos vuelos no cumplen con la obligación legal de declarar pasajeros y toda carga que transporten.

Llama poderosamente la atención semejante movimiento aéreo ilegal para una población trasplantada de casi 3500 habitantes y de aproximadamente 3000 efectivos militares, así cómo el traslado de personal de las ilegales plataformas oceánicas de prospección y extracción de hidrocarburos y también la renovación de tripulaciones de embarcaciones pesqueras que depredan en zonas de custodia argentina con licencias sin valor de aplicación internacional, operando en la zona de aguas jurisdiccionales de las islas Malvinas. Actividades que las leyes argentinas  prohíben.

Una noticia internacional dada a conocer recientemente suma más datos inquietantes a lo expuesto

Se  trata la  desclasificación de material secreto por parte del sitio web sobre política exterior – Reino Unido Desclasificado – (Uk Declassified) caratulado “Atómico de alto Secreto”, que da más entidad a la sospecha mundial sobre la llegada de material nuclear al Atlántico Sur, durante la guerra en las islas Malvinas.

Se trata de un acta del Ministerio de Defensa británico del 6 de abril de 1982 mencionando la existencia de 31 armas nucleares (cargas de profundidad) transportadas a la zona bélica por buques de guerra.

Desde ese Ministerio alegaron que esas armas salieron en buques que transfirieron la carga a otras embarcaciones navales en medio del océano y regresaron el material en cuestión posteriormente al lugar secreto de procedencia.

El tratado de Tlatelolco para la proscripción de armas nucleares en América Latina y el Caribe plantea claramente, desde abril de 1969, al Atlántico Sur como zona libre de armas nucleares. Sin embargo, 40 años después preocupa la presencia militar británica en las islas Malvinas, que incluye en los últimos dos años más de 250 vuelos – con escalas – Brize – Norton hasta la base de Monte Agradable.

Deja un comentario