Arte y CulturaInterés GeneralLiteraturaPortada

Miles de corazones para un Corazón, el de Edmundo de Amicis

Dr. Marcelo Bianchi Bustos

Academia de Literatura Infantil y Juvenil / Instituto Literario y Cultural Hispánico

“El libro CORAZÓN de Edmundo de Amicis está en mí desde niña, pues lo leía y releía. Recuerdo al narrador protagonista, un niño.  Y por ejemplo,  “De los Apeninos a los Andes”, un cuento de los mensuales que les daba el maestro y que él relata. Aún me conmueve pensar en Marcos, con trece años, viajando desde Génova a Argentina, para encontrar a su madre, que había venido a trabajar para ayudar a la familia. Cuánto pasa ese niño, la solidaridad que va recibiendo, todo lo que sufre para llegar finalmente a  hallar a su mamá,  en Tucumán, que estaba enferma, por morir. Pero el ver a su Marcos es su sanación” (Cecilia Glanzmann)

Las palabras espontáneas de la profesora Cecilia Glanzzmann de la ciudad de Trelew sirven de puerta de entrada para pensar en un libro que forma parte de la historia lectora de miles de personas a los largo de todos los continentes: Corazón (historia de un niño) del escritor italiano Edmundo de Amicis.

Es un libro que se convirtió desde finales del siglo XIX en uno de los más vendidos, no solo en Italia – donde se habían publicado hacia 1890 cerca de 44 ediciones – sino en el resto de los países de Europa, América, Asia y Oceanía. Como señala el autor en el prólogo es un libro que está destinados a los niños con el formato de un diario en el que se despliegan las más hermosas historias que provocaron en Cecilia, en mí y en tantos lectores muchos deseos de leerlo una y otra vez. Tener ese libro era un verdadero sueño, tal como me contó el doctor Carlos Rubio de  la Universidad de Costa Rica cuando le pedía insistentemente a su madre que le comprara el libro de tapas amarillas, haciendo referencia a la edición de la editorial Sigmar. Ediciones y traducciones hay muchas pero cada lector recuerda a su libro en particular, como si fuera un verdadero tesoro.

Se trata de una obra que, al recordarla, sirve para que afloren los recuerdos en torno a ella, como sucede en el siguiente testimonio de Honoria Zelaya de Nader, Baby:

“Hablar del libro Corazón de Edmundo de Amicis es trasladarme inevitablemente a un día muy especial de mi infancia, a una tarde en la que me mi padre, tocando mi frente con ternura para comprobar si había disminuido la temperatura generada por una infección puso en mis manos un libro. ¡Un libro! Ya por aquellos años ya había aprendido a amarlos. No en vano las palabras soñadas me permitían dialogar con personajes insólitos, volar, recrear, vivir aventuras insospechadas. Al empezar a leer aquel histórico y amado libro, su forma literaria me fascinó. Era nada más ni nada menos que un diario de vida que además intercalaba cuentos mensuales, los que eran narrados en la clase por el maestro y en los que se exaltaban los valores patrios. Todos aquellos relatos me conmovieron, todos tocaron mi corazón, pero con el que lloré con una profunda emoción es con el cuento titulado “De los Apeninos a los Andes” cuyo desarrollo central se daba en el ingenio de la Reducción sitiado a pocos kilómetros de mi ciudad natal, Famaillá, en la provincia de Tucumán. Por aquellos años lejos estaba de asumir el dolor de la migración italiana a la Argentina a fines del siglo XIX, pero la descripción que logra el autor de ese niño al estar separado de su madre, su lucha por reencontrarse con ella, sus penosos viajes por distintas provincias argentinas hasta que logra encontrarla en Tucumán me conmovieron enormemente. “De los Apeninos a los Andes” es un cuento que me acongojó y que nunca pude dejar de leerlo o relatarlo sin emoción. De Amicis logra que el lector se emocione hasta las lágrimas desde las primera páginas pues refleja, este y todos los cuentos incluidos en Corazón, fe en la humanidad desde el amor. A través de todo el libro me he sentido íntimamente tocado y puedo afirmar que es junto con La cabaña del Tío Tom, es el libro más profundamente emotivo de la literatura infantil universal. Este sentimiento emotivo que yo tuve en mi infancia creo que es la clave de Cuore. No en vano la palabra “corazón” se repite con insistencia a lo largo de todo el libro. Es un libro que se lee con interés, tanto más en estos tiempos en el que un mundo de tanta sequedad intelectual y literatura cerebral, nos ilumina desde mensajes que exaltan el corazón y reivindican los sentimientos. No hay ñoñería sino una valoración del corazón humano y de la sensibilidad que son ejemplaridades valiosísimas. Puedo decir que Corazón es para mí un libro que no se olvida no se olvidará con el correr delos años porque en él está expresada toda la poesía de la infancia”.

Como puede observarse, vuelve a parecer en este testimonio el cuento de Marco que viaja desde Italia a la Argentina en busca de su madre pero además se mencionan otros, dando cuenta de la organización del libro. Estructuralmente la obra es un diario de un niño que trata sobre la vida escolar, con un primer registro del lunes 17 de octubre y un cierre el lunes 10 de julio que lleva el título de “Adiós”. Acompañando a este diario, insertados en él, se incluyen unas cartas que el padre le escribe a Enrique, el protagonista de la obra, y una serie de cuentos mensuales que eran parte de las actividades desarrolladas en la escuela que tienen que ver con historias, fundamentalmente de niños, de distintas regiones de Italia. 

Los cuentos mensuales son en total ocho y son independientes entre sí aunque tengan relación con la obra en su totalidad pero pueden leerse por separado. Estos son: “El pequeño patriota paduano”, “El pequeño vigía lombardo”, “El pequeño escribiente florentino”, “El tamborcillo sardo”, “El enfermero de tata”, “Sangre romañola, “De los Apeninos a los Andes” y “Naufragio”.  Esta posibilidad de ser leídos de forma separada hizo que la Editorial Tor de Argentina publicara en 1941 De los Apeninos a los Andes y en 1942, El enfermero del Chacho, otros de los nombres con los que se conoce a “El enfermero de tata”.

Plagado de hermosas imágenes y de historias llenas de heroísmo y de cotidianeidad, tuvo que sortear distintos obstáculos en diversos países. Si bien tuvo una amplia difusión desde su llegada a la Argentina, en especial entre los inmigrantes de la colectividad italiana, hacia 1910 pasó a ser un libro “prohibido” en el ámbito educativo pues se consideraba que por su visión italianizante era nocivo para la construcción de la identidad que se buscaba. Por suerte contó con algunos defensores que hicieron traducciones directamente del italiano al español del Río de la Plata y de esa forma volvió a entrar al canon literario escolar pues en el canon de los lectores particulares siempre estuvo presente. Dos de los grandes defensores y traductores que tuvo el libro fueron la pedagoga Emma C. de Bedogni y el gran  escritor Germán Berdiales. Ellos son dos representantes de un fenómeno que consistió en que muchos maestros, poseedores de una gran cultura, se dedicaran a escribir al mismo tiempo que continuaban ejerciendo el magisterio.

Berdiales se destaca por la traducción del libro y además por realizar, acompañado por Pedro Inchauspe , una adaptación escénica de Corazón vinculada con el ambiente nacional. Los autores introducen su obra dramática que fue publicada en El Monitor de la Educación Común diciendo:

“Enamorados del libro inmortal de Edmundo de Amicis, hemos querido teatralizarlo, adaptándolo a nuestro ambiente.

Este pequeño aporte al teatro infantil nacional, pretende conservar los valores dramáticos y los caracteres que trazó el autor. Si lo hemos conseguido nos enorgullecemos, porque si el mérito entero corresponde a Edmundo de Amicis, la satisfacción de ofrendarle este nuevo laurel es toda nuestra.

G.B. y P.A.I.”

Pero más a allá de estas cuestiones históricas y de los encuentros y desencuentros en el ámbito educativo y literario, la obra forma parte del inconsciente colectivo argentino. Al respecto la escritora María Fernanda Macimiani, creadora del sitio y Revista Virtual Leeme un cuento, destaca el valor de este libro:

CORAZÓN”, esta novela me lleva a mi infancia a un libro de páginas amarillas, desgastadas con la tapa rota. La primera novela que leí porque era uno de los únicos libros que encontré en casa. Y recién ahora pienso que su influencia en mí fue muy fuerte. No sé cuántos años tenía yo, pero era muy chiquita, (yo sacaba libros de la biblioteca de mi escuela desde tercer grado) y más que la trama o detalles literarios, recuerdo mi sensación de emoción constante. Y eso es lo que busqué luego en las lecturas porque ya lo había descubierto en “CORAZÓN”. Es lo que sigo buscando”.

Un libro con muchas emociones y respuestas que la marcó como lectora, un libro que pasó a formar parte de su vida. En otro de los testimonios, el de Alejandro Micalucci, bibliotecario de la Biblioteca Nacional del Maestro, recuerda que en su casa había un ejemplar sin tapas muy amarillento que le gustó mucho cuando le leyó a sus doce años y que después esa lectura se vio apoyada por la versión que vio en un ciclo de cine de los días sábados cuando proyectaron la película de Carlos Borcosque que se estrenó el 30 de enero de 1947 y que tuvo como protagonistas a Narciso Ibáñez Menta, Juan Carlos Barbieri, Salvador Lotito y Marcos Zucker.

El libro está lleno de héroes pero no a la usanza de los griegos sino héroes de carne y hueso que poseen una misión muy grande que tiene que ver con la unidad italiana. Como observa Ovide Menin (2012) ese héroe se encarnó en personajes populares.

Constituye una literatura que muchos critican hoy por ser formadora de valores  olvidándose el contexto en el que fue escrita y lo altos valores que persigue que tiene que ver con el patriotismo, el amor a los padres, el respeto a los trabajadores, la valorización del rol del maestro, la voluntad, la esperanza, la gratitud, el sacrificio, la vanidad, etc. Por la Patria, esos niños y jóvenes son capaces de hacer sacrificios como sucede en “El pequeño vigía lombardo” que muere por los tiros de los austríacos o  en “El tamborcito sardo” que cumple su misión en la batalla aunque pierde una pierna.

Se decidió hacer referencia primero a la obra para seguir luego por el autor pues con ellos se produce un fenómeno que sucede con todos los clásicos, la obra supera al autor  y comienza a vivir una obra independiente de quien la escribió, pues muchos recuerdan algunas historias del libro pero no a don Edmundo. El libro posee una magia especial y esto se evidencia en esos recuerdos. Lo que podría parecer una falta de consideración da cuenta de que la obra forma parte de las historias lectores de miles y miles de personas en el mundo  y que se ha transformado en un verdadero clásico.

Edmundo de Amicis, su vida  y la Argentina: un lugar especial para Tucumán

El autor de esta obra, Edmundo de Amicis fue un escritor italiano que nació en Oneglia el 21 de octubre de 1846 y murió el 11 de marzo de 1908, en Bordighera. En 1861 ingresó al Colegio Militar de Turín pero el éxito de sus publicaciones hizo que la escritora fuera su principal fuente de ingreso desde 1870. Es contratado por el diario La Nación como enviado especial para que viaje a distintos países y como producto de esa experiencia irá publicando distintos diarios de viajes: España (1872), Holanda y Londres (1974), Constantinopla y Paris (1879) y Sobre el océano (1889) en el que narra el viaje en el que acompaña a 1.600 emigrantes italianos que vienen hacia la Argentina.

La idea de la obra surgió muchos años antes de su publicación y la primera en enterarse de ese proyecto fue la reina Margherita de Saboya, esposa de Humberto I de Italia, en una reunión de la corte. Allí le contó que deseaba escribir «una obra para todos, densa de consuelo, de enseñanza, de emociones», tal como lo describe el mismo autor. También hizo parte de ese proyecto a su editor Emilio Teves por medio de una carta escrita el 2 de febrero de 1878 en la que le dice que tiene en mente la idea de un nuevo libro, original y potente que de tan solo pensarlo lo hace llorar pues es una historia que le llega al corazón, pues ese será el nombre que llevará el libro. 

Según narra el propio autor, la historia de este libro se le ocurrió un día que fue a buscar a su hijo Ugo a la salida de la escuela. Allí lo vio salir y despedirse de un compañero que pos su vestimenta parecía muy pobre. Tal vez sea por eso que los personajes que desfilan en corazón son de lo más diversos y se ve como conviven en un mismo espacio de una escuela pública niños de distintas clases sociales y de distintas regiones de Italia.

Edmundo de Amicis se dedicó a viajar por diversos países del mundo, entre ellos la Argentina en 1884. Aquí pudo navegar por el Paraná, recorrer algunas colonias de inmigrantes italianos de la Mesopotamia y hasta llegó a Tucumán. A esta provincia llegó el 9 de mayo, pasando antes de llegar a la capital pasa por la localidad de Lules.

Como parte del programa de recepción fue recibido por distintas autoridades agasajado con la marcha del Boccaccio del compositor romántico austrohúngaro Franz von Suppé (que escucho mientras escribo este artículo) y que puede disfrutarse en:

https://www.youtube.com/watch?v=2XF_OE7FEHg

Ese cariño que recibió quedó plasmado en un testimonio publicado en 1963, el doctor Juan Dalma, en un artículo de 1963, «Presencia de Edmundo de Amicis en Tucumán«

«cuando allá en Italia, rodeado de mis caros amigos, contemplando el mapa, me pregunten cuál es el punto más lejano al que he llegado a mi viaje a América, mis pequeños hijos pondrán el dedo sobre el nombre de Tucumán y yo les diré: aquí, a siete mil millas de distancia de vosotros, no me he apercibido de vuestra ausencia, no sufrí ni un momento de nostalgia».

Su vinculación con esta provincia hizo que decidiera que el final del viaje de Marco, el niño que viaja a la Argentina en busca de su madre, sea en estas tierras. Por las investigaciones topográficas se descubrió que el lugar en el que se desarrolla la historia es el antiguo  ingenio La Reducción, cercano a la localidad de Lules que fue visitado por De Amicis en su visita a la provincia.

Un dato muy importante es que el 28 de septiembre de 1958 colocaron en uno de los locales del antiguo ingenio, una placa con esta leyenda:

«A Edmundo de Amicis, autor inmortal de ‘Corazón’, en el cincuentenario de su desaparición, la colonia italiana de Tucumán dedica en recuerdo del pequeño Marcos, héroe del cuento ‘De los Apeninos a los Andes’, que en este ingenio encontró y salvó a su querida madre. Septiembre de 1958″.

De esta forma se reconocía a un lugar que le dio la posibilidad de imaginarse una historia para que lo recordaran las generaciones futuras.

Como se dijo al inicio, esta obra es un clásico pero tal vez esté dormido en muchas bibliotecas. Volver a él por placer puede ser de gran utilidad pues, en palabras de Pedro Salinas (1958) “un clásico es un libro que siempre presta al espíritu del hombre un servicio de la más alta calidad”.

Este nuevo aniversario de la muerte de Edmundo de Amicis puede ser una excelente oportunidad para desempolvar ese libro, volver a leerlo y (re)descubrir esas historias que llenan el alma con la presencia de los sentimientos más hermosos. Cecilia, Honoria, María Fernanda, Carlos, Alejandro y yo seguramente seremos algunos de los que volveremos a leer la obra y nos daremos cuenta que muchas cosas hemos olvidado como producto del paso del tiempo, reformularemos otras y volveremos a vivir en las páginas de ese diario maravilloso. Nuestros corazones se unirán para celebrar la vida de Corazón.

Al dar vueltas sus páginas volverán cada una de las historias de Enrique, Coretta, Marco, Garrone y tantos entrañables personajes que merecen volver a cobrar vida por medio de la lectura.

Referencias

MENIN, Ovide (2012) “Releyendo el libro corazón” en: Praxis Educativa, 7(7), 60-65. Recuperado de https://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/praxis/article/view/245/303

SALINAS, Pedro (1958) Ensayos de Literatura Hispánica, Madrid: Aguilar.

.

Deja un comentario