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Nos detengamos y preguntemos ¿por qué odiar injustamente a un perro callejero?

Literalmente, un reducido grupo de «callejeritos» se quedó a la intemperie y sin sus casitas, porque a alguien le molesta que los animales tengan dignidad y sean amados por gente interesada en vivir en armonía con la creación y en paz con los seres vivos.

Ya llega la primavera en nuestro hemisferio, y mientras el otoño se anuncia en el otro con desastres, inundaciones y catástrofes producto del cambio climático, Tucumán desborda de lapachos que, literalmente, ya no te dejan ni caminar con tanta belleza. Pero nuestra especie es injusta, mientras otros son duramente castigados, nosotros quemamos caña y basura, contaminamos, generamos desequilibrio, y hasta nos damos el lujo de maltratar a otras especies, simplemente, porque somos los «reyes de la creación».

Resulta que hay un grupo de «callejeritos» (se le dice así, afectuosamente, a aquellos perros que no tuvieron la bendición de ser adoptados) que encontraron, por lo menos, muchos amigos humanos que, en ocasiones, haciendo sacrificios económicos y con total desinterés, les dan un poco de comida, un montón de afecto y amistad y hasta un techo, humilde, pero digno, para que no pasen frío, ni hambre.

Pero el ser humano es así, vinieron inopinadamente y se llevaron las casitas de madera de los perros. ¿Por qué? ¿Quién dio la orden?

Con mucha pena me avisan ayer que ya no están las casitas de madera de los callejeritos de la plaza San Martín. Ellos no molestan a nadie y todos los queremos.

Una vecina que se llama Stella Maris Sánchez va tres veces por día para verlos y darles de comer, e incluso proveerles de medicación cuando les es necesario; Al igual que Cristina Zanoni que hace un trabajo inmenso con los peludos y muchos vecinos, hay que decirlo, también están pendientes para ver si algo les falta.

Antenoche, «Firulais» (uno de los más populares del grupo) salió de una internación porque lo atropellaron y lo dejaron tirado en la calle; pero como aún hay almas empáticas y buenas, ese mismo día el «Firu» volvió a su amada plaza con su familia perruna donde es feliz… pero fue solo unas pocas horas cuando estuvo en su casita, hasta que alguien (deduzca el lector como será la calidad humana de esa persona), fue y les despojó de sus viviendas. Se trataba de tres casitas de madera en donde dormían cuatro callejeritos, y en donde se protegían de las inclemencias climáticas…

Esas casitas fueron donadas por los vecinos, y lógicamente tuvieron un costo, porque a las casitas las donaron, es decir, no son propiedad de quien inopinadamente, las llevó

Esos ángeles, perdón quise decir perros, son incapaces de hacer mal alguno porque la maldad no está en la naturaleza de los seres de la Creación… ¿Por qué tanta saña? ¿Por qué tanta maldad?

Exigimos como ciudadanos que se devuelva las casitas a sus dueños perrunos, y esperamos que quien hizo esto tome conciencia que no se puede andar por la vida haciendo daño.

Por eso volvamos a la pregunta inicial ¿Qué nos está pasando como sociedad? ¿Quiénes somos como especie? ¿Hasta dónde asumimos la responsabilidad que tenemos, como humanos, de cuidar de nuestro reino, toda vez que somos los Reyes de la Creación?

Y en ese ámbito de la responsabilidad social qué pena que da tanta ceguera, porque, ¿nadie vio nada? ¿O será ésta la sociedad del «no te metas»…lamentable la verdad, duele el alma, y ojalá que pronto esto se resuelva, y digo todo esto mientras, inmerecidamente, injustamente, la naturaleza nos premia con miles de flores de colores diversos y extáticos perfumes, y nos llueve la magia de esas flores, y esos colores nos hacen una fiesta. Captemos el mensaje que nos da la Naturaleza, solo eso. Sepamos mirar, sepamos escuchar, sepamos disfrutar de este orden y vivamos en armonía y en paz con otras especies.

Si usted desea colaborar con «Firu» y familia, comuníquese a través de un mensaje y nos pondremos en contacto con usted…desde ya muchas gracias, de parte de «Firu» y de Prensa Activa Digital.


Nota: acá hay fotos del antes y el después…así dormían antes, así están tirados ahora.

Un comentario en «Nos detengamos y preguntemos ¿por qué odiar injustamente a un perro callejero?»

  • Pidan cámaras .Será alguien de la municipalidad? o un odioso ? una gran pena .. Ojalá se sepa quien lo hizo y se puedan recuperar las casas o hacer nuevas .Pronto vienen las inclementes lluvias etc

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