28 de mayo: Día del Ceremonial – El arte de comunicar a través de las formas
Cada 28 de mayo se celebra en Argentina el Día Nacional del Ceremonial, en conmemoración de la creación de la primera normativa protocolar en nuestro país, firmada por el General Manuel Belgrano en 1810, a pocos días de la Revolución de Mayo. En aquel entonces, el ceremonial no era un accesorio del poder, sino un lenguaje estratégico para construir identidad y ejercer la soberanía.
¿Qué es el ceremonial y por qué se lo celebra?
El ceremonial es el conjunto de normas, usos y costumbres que regulan la organización de actos oficiales, institucionales y sociales. Pero más allá de la forma externa —el orden de precedencias, los símbolos, los saludos— se trata de un canal de comunicación no verbal que transmite jerarquías, valores, respeto y sentido de pertenencia.
El Día del Ceremonial no solo honra a quienes ejercen esta profesión con dedicación y profesionalismo, sino que también invita a reflexionar sobre su rol como herramienta de cohesión social y construcción de cultura institucional.
Un campo en evolución: del protocolo rígido al ceremonial estratégico
Lejos de los estereotipos de rigidez y formalismo excesivo, el ceremonial ha evolucionado hacia una disciplina mucho más dinámica. Hoy no solo se aplica en ámbitos estatales o diplomáticos, sino también en empresas, universidades, eventos deportivos, culturales y hasta en plataformas digitales.
La figura del ceremonialista se ha profesionalizado: ya no se trata solo de ordenar sillas o repartir carpetas, sino de diseñar experiencias que transmitan identidad, jerarquía y respeto. El ceremonial moderno articula comunicación, planificación, gestión y sensibilidad.
¿Cómo debe comportarse un ceremonialista?
El profesional del ceremonial debe ser discreto, diplomático, meticuloso, respetuoso y adaptable. Su presencia no debe eclipsar a los protagonistas del evento, pero su tarea debe ser firme y clara. Debe estar preparado para resolver imprevistos con templanza, sin perder la compostura. La prudencia, el buen trato, la observación aguda y la escucha activa son herramientas esenciales en su día a día.
También debe estar permanentemente actualizado: conocer normas protocolares locales e internacionales, tener nociones de ceremonial intercultural, lenguaje inclusivo, comunicación institucional y tecnologías aplicadas a eventos.
La imagen también comunica: ¿cómo debe vestirse?
La vestimenta del ceremonialista debe ser sobria, elegante, funcional y acorde al tipo de acto. Generalmente se recomienda el uso de colores neutros, sin estampas llamativas, evitando accesorios excesivos. Lo ideal es que su imagen proyecte seriedad y profesionalismo, sin destacar por sobre los asistentes ni los homenajeados.
En eventos formales, se prioriza el traje oscuro (para varones) o sastrería discreta (para mujeres), con calzado cerrado y cómodo. En actividades menos formales, puede optarse por una presentación más relajada pero siempre cuidada. La pulcritud, la coherencia estética y el cuidado personal son parte del mensaje que transmite el ceremonialista.
Beneficios poco visibles, pero fundamentales
Cuando un acto “sale bien”, muchas veces no se nota el trabajo del ceremonial. Pero ahí está su verdadera eficacia: el ceremonial crea el marco adecuado para que los protagonistas brillen, los mensajes se transmitan con claridad y el público se sienta valorado.
Entre sus beneficios se destacan:
Evita errores e improvisaciones que pueden generar tensiones diplomáticas o institucionales.
Fomenta el respeto y la inclusión, al considerar jerarquías, culturas y géneros.
Refuerza la identidad institucional, con actos que reflejan valores.
Contribuye a la memoria colectiva, al custodiar tradiciones y símbolos.
Genera confianza, tanto dentro como fuera de las organizaciones.
Más que una tarea, una vocación
Detrás de cada acto hay alguien que piensa en los tiempos, los detalles, los vínculos. Que combina protocolos con humanidad. Que cuida la forma sin perder de vista el fondo. En tiempos donde lo inmediato domina, el ceremonial nos recuerda que la solemnidad bien entendida también comunica respeto.
En este Día del Ceremonial, celebramos no solo a una profesión, sino a una vocación silenciosa que sostiene el orden simbólico de nuestras instituciones. Una labor invisible a veces, pero imprescindible siempre.
Agradecimiento.
Parrafo aparte deseo expresar mi más profundo agradecimiento a la Oficina de Ceremonial del Honorable Concejo Deliberante, dirigida con compromiso y profesionalismo por la Dra. Catalina Navarro. Su liderazgo junto al trabajo constante de un equipo de excelencia, hacen posible que cada acto institucional se desarrolle con el cuidado, el respeto y la calidez que se merecen.A cada integrante de esta oficina, gracias por la dedicación silenciosa, por los detalles que muchas veces pasan desapercibidos pero que son esenciales para que todo salga bien. Gracias por el amor al servicio, por la paciencia y por sostener, con tanta humanidad, el alma de cada ceremonia.En este día, los abrazamos con orgullo y gratitud, sabiendo que detrás de cada acto impecable, hay un equipo que honra, con su labor diaria, el verdadero espíritu del ceremonial.


