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Alerta por la circulación de un nuevo virus respiratorio

Los más afectados son los chicos menores de dos años y los mayores de 60; próximamente en la Argentina empezarán los ensayos de Fase 3 de una vacuna.

En medio de un escenario epidemiológico inusual, con el regreso adelantado de la gripe en pleno verano después de dos años sin circulación de otros virus respiratorios fuera del SARS-CoV-2, pediatras y neumólogos están en alerta por la “alta probabilidad” de un brote de virus sincicial respiratorio (VSR), que puede tener gran impacto en los menores de dos años y, también (aunque es una población menos estudiada), en los mayores de 60. En ambos grupos puede causar neumonías que lleven a necesitar respirador.

“Durante todo 2020 y gran parte de 2021 prácticamente no circularon virus respiratorios –explica Angela Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”–. Tuvimos casos esporádicos de influenza, adenovirus o parainfluenza, pero el 99% de los cuadros respiratorios eran por SARS-COV-2. En noviembre, antes de [la llegada de la variante] Ómicron, tuvimos un brote de sincicial respiratorio. Nosotros desde el hospital hicimos una publicación en Archivos Argentinos de Pediatría donde mostramos lo inusual de la época del año en que se presentó, porque uno siempre lo espera para el invierno. Además, fue en una población no tan característica, porque eran chicos preescolares, escolares y adolescentes. Luego llegó la variante que nos ocupó buena parte de diciembre y de enero. En febrero comienza el descenso de casos y de pronto empieza un brote también inusual de influenza. Entonces, es evidente que estamos frente a una situación diferente de la tradicional. Por otra parte, durante dos años, los más chicos casi no tuvieron contacto con el VSR, por lo que tenemos muchos susceptibles y, ante una menor circulación del coronavirus, es probable que ese nicho ecológico lo ocupe aquel cuando empiece un frío un poco más importante”.

De acuerdo con la especialista, si bien no se puede hablar de una alerta epidemiológica, el contexto indica que es prudente mantenerse vigilantes para detectar la circulación de este patógeno en forma precoz.

Luego del confinamiento y las medidas de prevención más estrictas, la presencialidad plena en las escuelas, el regreso al trabajo y la reanudación de las reuniones sociales vuelve a facilitar la circulación de estos microbios con el agravante de que algunos grupos poblacionales no desarrollaron defensas inmunológicas. En general, los adultos y los chicos más grandes son los reservorios del VSR, pero lo cursan como un simple resfrío. Sin embargo, dado que no se cuenta con vacunas aprobadas para controlar la infección, todos los inviernos éste representa un desafío importante para la salud pública.

“El virus sincicial siempre tiene alto impacto en los menores de dos y, sobre todo, de un año –destaca Gentile–. Son los casos de bronquiolitis que siempre, antes de la pandemia, internamos en los hospitales de referencia entre mayo y agosto. Por eso ahora, somos cautelosos. Los pediatras estamos en alerta porque no sabemos qué va a suceder. Y por supuesto, todo el equipo de salud está preparado para tener una red de contención, tanto para las familias como para el caso de que sea necesario derivar chicos”.

En realidad, lo que se advierte en los hospitales es la punta del iceberg, dado que la circulación en chicos más grandes y adolescentes provoca cuadros más leves. “Es un poco lo que sucedió en noviembre: tuvimos un brote en preescolares, escolares y adolescentes y ese aumento de casos ambulatorios no se tradujo en mayor hospitalización”, explica Gentile.

Lo que es menos difundido es que, además de los chicos, el VSR también afecta a mayores de 60. “Es un virus agresivo que hasta ahora es poco conocido en los adultos, pero es el segundo en frecuencia como causa de neumonía viral después de la gripe. –subraya la neumonóloga María Cristina De Salvo, directora de la Fundación Respirar– Produce un cuadro similar al Covid porque las neumonías virales ‘toman’ los dos pulmones, desde el vértice a la base, a diferencia de la neumocóccica, que es bacteriana (y contra la que hay una vacuna que dura cinco años), que afecta solo a una porción. En general, baja la saturación de oxígeno en la sangre justamente por el compromiso de los dos pulmones y el paciente termina en el respirador. Por otro lado, la neumonía bacteriana se trata con antibióticos, que no hacen nada contra los virus”.

Para reparar ese faltante, están en marcha varios ensayos de Fase 3 de vacunas contra el VSR. Una de ellas, de la compañía Moderna, se probará en la Argentina en la Fundación Respirar (donde ya está abierto el reclutamiento de voluntarios inscribiéndose en vsr.com.ar) y en el Hospital Militar.

Virus sincicial respiratorio

Nuevas vacunas
“Las pruebas clínicas de la vacuna contra el VSR comenzaron antes de que surgiera el Covid –cuenta De Salvo–. Pero luego vino la pandemia y quedó todo en suspenso. Ahora que está empezando a controlarse, se retomaron los ensayos de Fase 3. Serán contra placebo (un grupo recibirá la sustancia activa y el otro, una inocua). Nosotros tendremos dosis para tres mil voluntarios. Antes de la finalización del ensayo, en general a los que recibieron placebo se les suele ofrecer la vacuna”.

Los controles, con medición de anticuerpos, serán a los quince días de aplicada, al mes y luego, probablemente en modalidad de telemedicina o domiciliarios, en el transcurso de los primeros dos años. “Podría haber una vacuna para el año que viene porque ya se completó el resto de los estudios pautados –detalla De Salvo–. Incluso se hizo un ensayo clínico en mujeres que estaban cursando el quinto mes de embarazo y se vio que los bebés nacían con anticuerpos”.

En los chicos, los primeros signos de una bronquiolitis son tos, agitación, dificultad respiratoria, fiebre o febrícula, sibilancias, rechazo de la alimentación. “No tenemos vacunas, pero sí medidas generales de prevención –subraya Gentile–: fomentar y promover la lactancia materna, evitar el hacinamiento y el humo de tabaco, airear los ambientes y tener el calendario de vacunación completo… Y, sobre todo, que la consulta sea precoz. Cuando, en especial los menores de dos años tienen algún tipo de sintomatología respiratoria que los compromete un poco más, nunca automedicarse, no dar nunca antibióticos ni ningún tipo de antitérmicos si están más agitados (lo que nosotros llamamos ‘taquipnea’), y no pueden comer o dormir bien. Hay que consultar”.

Aparte de la edad, hay chicos que tienen un riesgo aumentado, como los prematuros, los que padecen cardiopatías congénitas o afecciones pulmonares. Ellos tienen entre 4 y 5 veces más probabilidades de necesitar hospitalización.

Por su parte, De Salvo destaca que también los adultos mayores que se infectan con este virus empiezan a respirar con dificultad. “La fatiga es uno de los primeros síntomas –dice–. Además, presentan temperatura, dolor en todo el cuerpo”. Y también en ellos, los cuadros graves se dan en pacientes con factores predisponentes.

Fuente/ El Detape

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