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Alfaro se acerca a Bussi y activó las alarmas en el peronismo

El intendente de San Miguel analiza una jugada clave para ser competitivo en la pelea por la gobernación y para ello planea un acercamiento político con el líder de la Fuerza Republicana

El intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, tantea un acuerdo con Ricardo Bussi para pelear la gobernación y encendió las alarmas del peronismo de Juan Manzur y Osvaldo Jaldo.

Alfaro pertenece a Juntos por el Cambio y había tenido una conversación pública con Bussi que generó revuelo en el principal frente opositor. El hijo Antonio Domingo Bussi, que sacó 11% de los votos en 2021 y 14% en 2019, es repetidamente acusado de jugar para el gobierno provincial.

Bussi fue históricamente visto como un as de espadas de Manzur para dividir a la oposición, puesto que siempre ronda los dos dígitos. Y a mediados de marzo, Bussi se reunió con Alfaro en la primera conversación, que allegados del intendente anticiparon que se repetirá en los próximos días.

«Hemos acordado dejar atrás el pasado y mirar hacia el futuro», dijo Alfaro, de origen peronista. La jugada del intendente tiene el visto bueno de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, que entienden que para pelear la provincia de verdad el candidato tiene que ser Alfaro y no otra vez el radical José Cano, que se opone al acuerdo con Bussi y viene acumulando derrotas frente al peronismo.

Pero la postura de Cano no es compartida por el resto de la UCR: los primeros signos de acercamiento con Bussi los habían dado los intendentes Roberto Sánchez (hoy diputado nacional), y Mariano Campero, que suenan para compartir fórmula con Alfaro.

En Juntos creen que la alianza con Bussi generará la reacción del peronismo. De hecho después del encuentro de Alfaro con el legislador, la causa que enfrenta Bussi por acoso sexual que dormía en la Justicia tucumana comenzó a reactivarse.

En 2020, cuando Bussi era funcional al peronismo, se conocieron audios escandalosos presentados por el excamarista Enrique Pedicone, que grabó in fraganti en un bar a Daniel Leiva, presidente de la Corte Suprema de Tucumán, a la que llegó empujado por el Ejecutivo.

En la conversación, Leiva, le pedía al camarista que «maneje la intensidad» de la causa para que «siga picando bajo» el expediente contra Bussi. Una manera de tenerlo controlado.

Fuente:/lapoliticaonline.com

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