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ANMAT aprobó la primera vacuna desarrollada en Argentina como refuerzo contra COVID-19

Es la vacuna argentina “ARVAC Cecilia Grierson” y estará lista para ser inoculada como vacuna de refuerzo contra COVID-19. Es el primer inoculante de creación y fabricación 100 % argentina, y con una eficiente línea científica de trabajo público-privada desde su hallazgo hasta su producción.

Ya nada será igual para la ciencia argentina, después de la aprobación de la vacuna contra COVID ARVAC-Cecilia Grierson. Se pudo crear una nueva matriz de producción científica : se pudo estudiar, producir y escalar un proyecto íntegramente realizado con materias primas y recursos científicos locales.

Se creó un proyecto exportador para la región y el mundo. Y se articuló de manera exitosa y con precisión una alianza potente público-privada.

Una pandemia global disruptiva empujó a la ciencia y a la innovación para mostrar su mejor versión. Pero además del trabajo mancomunado entre cada uno de los eslabones, se pudo lograr y se terminó.

La vacuna de plataforma de proteínas recombinantes contra COVID-19 ARVAC – Cecilia Grierson demostró ese recorrido desde su primera fase de investigación hasta el momento que llegarán al brazo de las personas, representa un impacto tan potente como disruptivo.

Finalmente llegó el día: la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó este martes por la tarde el uso de la primera vacuna desarrollada íntegramente en Argentina como refuerzo contra COVID-19: la vacuna argentina “ARVAC Cecilia Grierson”.

La nueva vacuna tendrá capacidad para proteger contra las variantes dominantes que circulan en la región.

Y mañana miércoles 18 de octubre, a las 11 horas, en el salón Malvinas Argentinas, ubicado en el Polo Científico Tecnológico de CABA se presentará en sociedad; para brindar detalles y el estado de este hecho histórico, con la presencia de autoridades de los ministerios nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación; y de Salud, y de la Universidad Nacional de San Martín junto a científicos/as a cargo del desarrollo; y el labotario CAssará que se ocupará de escalar la producción.

El desarrollo

La vacuna ARVAC Cecilia Grierson, desarrollada por la Universidad Nacional de San Martín, el CONICET y el Laboratorio Cassará, e impulsado desde el primer momento por la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), demostró ser segura y eficaz como refuerzo contra el virus SARS-CoV-2 en mayores de 18 años.

Actualmente, se produce en la planta de Cassará en la Ciudad de Buenos Aires y puede adaptarse a nuevas variantes de SARS-CoV-2 circulantes en la región.

Este desarrollo fue posible a partir de un consorcio público-privado que contó con más de 600 científicos y profesionales, 25 instituciones y 2.094 personas voluntarias.

Este avance es sumamente relevante para la ciencia argentina debido a su sintonía con el entorno socio-histórico en el que surge y la innovación que brindará. Se lleva a cabo enteramente con experticia local y en suelo argentino en cada fase: investigación, desarrollo, manufactura, envasado y finalización (fill&finish).

La vacuna ARVAC-Cecilia Grierson es un insumo de exportación dado que representa un desarrollo integral de una plataforma tecnológica basada en proteínas recombinantes.

Esto la convierte en un producto adaptable para responder a las nuevas variantes del virus SARS-CoV-2 en poco tiempo.

Esta vacuna estará al alcance tanto de Argentina como de la región, evitando la necesidad de colaboraciones o de establecer nuevos centros de producción con tecnologías diferentes; todo se encuentra localmente y ya existen casos de éxito con esta plataforma en vacunas para el VPH y la Hepatitis B.

Además, ARVAC garantiza un periodo de inmunidad frente al virus SARS-CoV-2 más prolongado que el evidenciado por las vacunas de ARN mensajero hasta el momento.

¿Qué es la vacuna ARVAC Cecilia Grierson?

La vacuna ARVAC Cecilia Grierson es la primera creación nacional dirigida al COVID-19 y se destaca por ser bivalente; esto significa que contiene dos antígenos diferentes que le otorgan una superior habilidad para neutralizar las variantes actuales del virus SARS-CoV-2, incluyendo a Ómicron, sus subvariantes, Gamma y la versión original de Wuhan.

Es importante aclarar que los antígenos son las partículas del virus que estimulan nuestro sistema inmunológico, produciendo anticuerpos específicos.

Al integrar dos antígenos, esta vacuna puede generar una defensa inmunológica más diversa y potente. Además, como se apuntó previamente, la vacuna ARVAC Cecilia Grierson se basa en una tecnología de proteínas recombinantes, lo que facilita su adaptación rápida y versátil ante el surgimiento de nuevas variantes del virus.

“Algo que aprendimos durante la pandemia fue preguntarnos ¿qué capacidad productiva tenía la Argentina para hacer una vacuna a escala industrial? A nosotros no nos importaba tanto la innovación, sino un producto que sirva para el mayor número de personas”, decía Juliana Cassataro, bióloga (UNSAM), doctora en Inmunología y líder del equipo UNSAM-CONICET.

De argentina al mundo

La vacuna bivalente 100% argentina contra COVID-19 fue presentada al mundo en la revista científica Nature el 28 de julio pasado. El equipo científico a cargo de la vacuna ARVAC-Cecilia Grierson contra el COVID-19, presentó ante el mundo científico los detalles de la Fase I, al publicar un paper en la revista Nature.

Allí abrieron la trastienda de la investigación de la entonces nueva candidata vacunal.

Jorge Cassará comentaba que “son pocos los países capaces de concebir, crear y fabricar vacunas vanguardistas. Este proyecto, que involucra a más de veinte entidades entre públicas y privadas, marca un nuevo logro y demuestra lo que es posible alcanzar en Argentina con trabajo colaborativo”.

En el artículo científico, los investigadores señalaron que el nuevo compuesto, que aspira a convertirse en vacuna contra el COVID-19 y que está basado en la variante Gamma del virus, ha iniciado su fase de pruebas clínicas en seres humanos.

Dentro de la publicación, los especialistas argentinos expusieron sus hallazgos respecto a la seguridad del compuesto y su habilidad para promover la formación de anticuerpos y células defensivas contra el virus en individuos saludables previamente vacunados.

En la introducción del trabajo publicado, los expertos destacaban que la vacuna se había probado como refuerzo en un estudio de Fase I en personas que ya habían recibido otras vacunas contra el COVID-19 y que los resultados preliminares mostraron que es segura y genera una fuerte respuesta de anticuerpos y células T contra el virus original y otras variantes, incluidas Delta y Ómicron.

Aspectos claves de la vacuna

Generación y tecnología: la vacuna ARVAC Cecilia Grierson se clasifica como de segunda generación, considerando que la mayoría ya ha recibido una o dos dosis de otras vacunas. Su diseño se basa en proteínas recombinantes, similar a las vacunas contra el cáncer de cuello uterino por HPV y la de Hepatitis B.

Ambas se administran en Argentina, especialmente a niños y adolescentes. La vacuna contra la Hepatitis B, por ejemplo, ha sido utilizada en recién nacidos durante más de dos décadas.

Almacenamiento y conservación: un aspecto destacado de esta tecnología es que no requiere ultracongelación. Su conservación se logra en una cadena de frío estándar, entre 2° y 8°C.

Es posible almacenarla en un refrigerador por hasta seis meses y, tras su apertura, sigue siendo eficaz por 24 horas. Su presentación es en forma líquida y viene en frascos.

Aplicación y accesibilidad: esta vacuna tiene la ventaja de ser práctica y alcanzable tanto para residentes de grandes urbes como para quienes viven en áreas más aisladas.

Se administra por inyección intramuscular. Si se utiliza como refuerzo para quienes ya cuentan con el esquema completo de vacunación contra COVID-19 – que probablemente será su principal aplicación inicial -, se requiere una dosis. Sin embargo, para quienes no han sido vacunados o solo han recibido una dosis, se necesitarán dos aplicaciones.

Otra ventaja destacada, y quizás la más relevante, es que su antígeno se basa en la variante gamma del virus, y no en la variante original del SARS-COV-2.

En este aspecto, la ARVAC Cecilia Grierson ofrece una capacidad adaptativa: puede actualizarse según las mutaciones que surjan.

“La decisión de trabajar con la cepa gamma, en lugar de la ancestral del SARS-COV-2, indica que si obtenemos buenos resultados, podríamos potenciar la respuesta inmune. La vacuna actuaría como refuerzo seis meses después de completar el esquema de vacunación, permitiendo adaptarse a nuevas variantes, especialmente si surge alguna particularmente resistente a las vacunas actuales”, explicaba el biólogo Juan Manuel Rodríguez.

“El hecho de producir las dosis en el país ofrecerá beneficios futuros en términos de logística, costos y disponibilidad”, agregó Rodríguez .

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