¡Ayudemos a Don Miguel!
Canillita, comerciante y Profesor de Biología, sufrió un robo que puede destruir su fuente de trabajo.
Aunque cuentan con un testigo anónimo y el video de una cámara cercana, Belén Navarro, amiga de Don Miguel, le cuenta a Prensa Activa Digital la angustia que vive al sentir quebrarse todo su esfuerzo ante este acto delictivo.
Cuenta que en la madrugada del martes le forzaron la puerta de su negocio en Crisóstomo Álvarez y Bernabé, rompieron los candados y robaron sus herramientas de trabajo: la balanza, la fiambrera y un freezer con más de 290 litros. Si, el freezer contaba con mercadería que también llevaron con toda la impunidad que les significó acomodar el vehículo en la vereda para luego llevarse todo.
Ya pusieron en marcha las cuestiones legales, consiguieron un testigo anónimo quien aportó datos coincidentes con las imágenes tomadas por una cámara de seguridad cercana al negocio. Aunque aún no disponen del material audiovisual, no dejó de insistir en la idea de difundirlo para dar con estas personas que causaron tanto daño.
«Amiga, me han robado” decía el mensaje que recibió tristemente Belén. Motivo suficiente para movilizar a vecinos y conocidos de Don Miguel, quienes se consideran más familia, para organizar una alternativa que sirva un poco para solventar los gastos.
Dispusieron hacer una Rifa que tendrá 5 premios y se sorteará el 8 de diciembre. Su valor es de $100, podes adquirirlas o ayudar con lo que puedas en el negocio de Crisóstomo Alvarez y Bernabé, o bien hacer un deposito en la cuenta de Belén ( MERCADOPAGO: belenavarrog@gmail.com – CVU 0000003100038882588376 )
«Siento que me cortaron las piernas, amiga»
Don Miguel es Docente de Biología, pero no ejerce como tal. Se dedica orgullosamente a ser “Canillita” y seguido a esas tareas, atender su negocio.
Nos cuenta Belén que inicia su día a las cuatro de la mañana cuando busca los diarios y comienza el reparto en su bicicleta. Luego, tipo seis, se detiene en la calle 24 se Septiembre donde “caiga un aguacero o el sol de esos calores que parten la tierra en Tucumán” está ahí para vender sus diarios acompañado de una sonrisa. Seguido a esto, siendo las diez más o menos, abre su negocio. Allí pasa el resto del día y entre cliente y cliente se da el tiempito para “meterle un bocado”.