Carta de Lourdes para el general San Martín
San Miguel de Tucumán, 5 de agosto de 2020
Al Honorable General Don José de San Martín:
Siempre me pregunto qué pensaría usted si estuviese vivo en este siglo XXI, en el que la libertad es un derecho sagrado e imprescindible que todos los seres humanos poseemos por el simple hecho de ser lo que somos: humanos, seres políticos y sociales por naturaleza.
“Seamos libres, que lo demás no importa nada”. Icónica frase dicha por usted, en aquel entonces en el que la libertad no se veía como algo fácil de conseguir, ni al alcance de todos. Pero… me surge preguntarme, ¿acaso esa idea sigue vigente? ¿O acaso todos somos libres actualmente?… ¿Qué es la libertad?
¿Es poder expresar lo que pensamos y sentimos? ¿Es hacer o no hacer según nuestra propia voluntad?¿Es no tener miedo?¿Es no sentirse obligado?¿Es un placer?¿Es capacidad?¿Es no depender?¿Es un privilegio?¿Es una elección? Acaso… ¿Podemos elegir ser libres o no serlo?¿Está realmente la libertad en nuestras manos? ¿Alguna vez lo estuvo o estará?
¿Puedo ser libre si en mis manifestaciones atento contra la libertad del otro? ¿Mi libertad entonces, no es “tan libre”?
Todas nuestras acciones tienen consecuencias, hasta la más mínima e insignificante, ¿no es así? Vivimos bajo reglamentos, códigos y normas que nos permiten convivir. Pareciera que, sin una “señal de alto” a nuestra libertad, sin una consecuencia que nos aceche y nos mantenga siempre entre la espada y la pared, no podemos comportarnos. ¿Será que siempre abusamos de nuestra preciada y codiciada libertad? ¿Hasta el punto de poder llegar a perderla?
“Si somos libres, todo nos sobra”, otra gran cita de usted, General. Pareciera que en esta sociedad actual en la que, como ya dijimos, “la libertad es un derecho”, hay una gran contradicción. Porque mientras unos quieren ser libres, otros quieren seguir dominando; mientras algunos quieren trabajar hasta doce horas, el consumismo y la insatisfacción inculcados no nos dejan escapatoria; mientras algunas queremos caminar tranquilas por la calle, el miedo nos arrebata esa libertad; algunos otros quieren, simplemente poder estudiar, pero la desigualdad de oportunidades no se los permite. Y acaso ¿quiénes son las victimas y quiénes los victimarios? ¿Quiénes son los que están libres, quiénes los que no? ¿Si nos sobra, tenemos la libertad plena? ¿O siempre nos falta algo? Pero… ¿Qué más nos puede faltar si tenemos libertad? Siendo ella la base de todo, el cimiento para la construcción de cualquier derecho ¿qué nos falta entonces?…
¿Humanidad? ¿Empatía?… A la libertad ya la tenemos, o al menos, algunos… ¿Nos faltará una educación en valores para que ese derecho que es la libertad pueda ser verdaderamente de todos y, a su vez, podamos ser plenamente nosotros, respetarnos y lograr el bienestar correcto de la mano de la libertad?
Me encantaría saber qué opinaría usted, estimado San Martin… ¿Sería usted libre, sin importar nada, hasta con una pandemia de por medio?…
Lourdes María Chalfón 5° año “A”.
Instituto Ntra. Sra. de Montserrat.