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Con una foto, Cristina Fernández ratifica que es «la dueña» del Frente de Todos

Como hace tiempo no se veía, nuevamente muchos intendentes oficialistas fueron convocados para una actividad con la vicepresidenta. En este caso, el encargado fue Martín Insaurralde, el dirigente bonaerense más cercano a la familia presidencial. Inclusive, estuvieron algunos que en los últimos tiempos empezaron a marcar públicamente sus diferencias con el anfitrión o el hijo de los dos presidentes.

Si también se toma en cuenta los que no están, podrá pensarse que ya hay una clara divisoria de aguas. Pero no es así. Algunos conservan, en privado, más críticas que aplausos para la madre, su hijo y el gobernador. Pero, por ahora, prefieren no decirse todo de frente. 

«Se la dio en la pera», graficó uno de los participantes cuando escuchó a la vicepresidenta decir que «parecen un poco ingenuos» al hacer mención de su fastidio por la difusión de una foto del escenario triunfalista de las PASO de hace dos años en la que ella no estaba. «Le dolió y se lo hizo saber. Aunque no fue todo lo expresiva que se mostraba en la previa», agregó la misma fuente. 

«Y menos mal que no habló de la foto… no lo podía creer… Hizo algún que otro comentario, pero mejor no reproducir», dijo otro de los presentes, más cauto. La «foto», claro está, es la que se reveló del cumpleaños de Fabiola Yañez, el año pasado, cuando todo el país estaba en una cuarentena estricta y extensa.  

«Todo es inexplicable. Recién nos habíamos empezado a recuperar del vacunatorio VIP, habíamos comenzado a salir de la pandemia con las vacunas y aparece esto… Sí, todo era mezcla de bronca e impotencia», expresó uno de los que más lamentaba el traspié presidencial.

Cristina Fernández de Kirchner se la veía contenta, locuaz y casi desentendida de la furia que se había desatado en las redes y medios con la aparición de la nueva foto de la «clandestina» presidencial. No lo disfrutaba, pero no la afectaba. Quien sí se veía serio y hasta opinó duramente sobre el tema fue, en privado, Máximo Kirchner

«Nadie acusaba al presidente de nada… sólo es que todo es inexplicable y anti político», por utilizar términos diplomáticos. Pero todos lamentaban, a su manera, el nuevo costo a pagar. 

La presencia de la vicepresidenta y de los candidatos Victoria Tolosa Paz, Daniel Gollan, y un nutrido grupo de intendentes, más el presidente del bloque de diputados oficialista y el gobernador, con ausencia total de funcionarios nacionales «albertistas, ya que el único presente fue Wado De Pedro, los «ojos» de La Cámpora en ese gabinete, significó, por sí misma, la primera respuesta política no sólo al armado de la foto donde «borraron» a CFK sino, también, por el atisbo del no nato albertismo de empezar a crecer con la designación de Juan Zabaleta en reemplazo de Daniel Arroyo

Igualmente, se observa nítidamente la presión que mete la ex presidenta con su sola presencia. Le pasó hace veinte días a Ariel Sujarchuk, jefe comunal de Escobar, aún convaleciente de su contagio de COVID, quien como anfitrión la presentó como «presidenta». Al lado estaba el presidente, Alberto Fernández. Fue en la presentación de la lista de diputados nacionales del Frente de Todos. 

En esta oportunidad, también el dueño de casa pasó por un mal momento al recordar que por el plan Qunita, que se volvía a presentar con un nuevo formato en esta ocasión, estaba procesada Cristina Fernández de Kirchner. «No, yo no», recordó, rápida, la oradora central de esta nueva ocasión. Recientemente le habían dictado la falta de mérito al candidato Gollan.

Fernando Espinoza y Verónica Maggario, intendente y vicegobernadora, ambos de La Matanza, no están cómodos con los tratos que reciben de sus aliados. Creen que son los que custodian la mayor parte de los votos que obtiene siempre el peronismo, pero no los valoran. E Insaurralde es su rival regional. Igualmente estaban ahí. Otros, en privado, también expresan reservas sobre los modos de «La Cámpora» para con ellos. 

Sin embargo, sonrientes, después de que muchos recorrieran casi cien kilómetros para sacarse la foto con la que Cristina Fernández, sólo con eso, demuestra que no sólo sin ella no se puede, sino que también muchos la prefieren. Su palabra aún, no está devaluada. 

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