Día del Refugiado: mas personas buscan un refugio seguro
ACNUR ( agencia de la ONU para los refugiados) tiene como principal propósito salvaguardar los derechos y el bienestar de las personas que se han visto obligadas a huir. Junto con los socios y las comunidades, trabajan para asegurar que todas tengan el derecho a solicitar asilo y encontrar un refugio seguro en otro país además de dar soluciones duraderas para aquellos que han vivido el desarraigo.
Desde hace 70 años, ACNUR ha ayudado a millones de personas a recomenzar sus vidas, desde refugiados; desplazados internos, solicitantes de asilo y apátridas. Para lograr eso, la labor de ACNUR se centra en distintos ejes: protección; refugio; salud y educación. Estos han sido cruciales para restaurar pasados destruidos y para construir futuros más prometedores.
Durante el año 2020, en pleno pico mundial de la pandemia de coronavirus, más de 160 países cerraron sus fronteras por razones sanitarias. Además, 99 naciones lo hicieron clausurando toda posibilidad de ingresar a sus territorios inclusive con aquellos que necesitaban protección por venir huyendo de desastres producidos por el hombre como guerras, luchas internas o civiles, violaciones a los derechos humanos o escapando de la malnutrición a la que algunos gobiernos someten a su población.
No hubo miramientos. El temor al Covid-19 cerró las fronteras como nunca había ocurrido antes y el ACNUR contabilizó un nuevo triste récord en sus 70 años de historia. En 2019 hubo 79,5 millones de personas que buscaban refugio, en 2020, se registró un incremento del 4 % que llevó la cuenta hasta los 82,4 millones de seres humanos.
Por ese motivo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, pidió “no construir muros contra los migrantes y refugiados”. Sus palabras llegaron durante el concierto ¡Asi suena la integración! realizado en la caribeña ciudad de Barranquilla, en Colombia, un día antes de la conmemoración del Día Mundial del Refugiado que se celebra los 20 de junio.
Grandi sostuvo en ese encuentro que “hay muchos países que rechazan, que construyen muros, que no aceptan a los migrantes y refugiados que incluso llegan en barcos haciendo viajes muy peligrosos”.
La experiencia del año pasado con tantos países cerrando sus pasos fronterizos podría haberse evitado, para los casos de aquellos que venían escapando de la violencia, utilizando medidas de reconocimiento médico, supervisión de certificados de salud o incluso se podrían haber habilitado cuarentenas para disipar toda duda de posibles contagios de coronavirus.
Al menos, durante el 2021, estas medidas comenzaron a ser implementadas sumadas a entrevistas realizadas a distancia o procedimientos simplificados de registros de salud. De esta manera estos procedimientos comenzaron a ser utilizados por los funcionarios de algunos países como forma de garantizar el acceso al asilo al tiempo que intentaban contener la propagación de la pandemia en sus territorios.
Las niñas y niños menores de 18 años representan el 42% de todos los desplazados y se han convertido en el segmento etario más vulnerable teniendo en cuenta que muchas crisis, en sus países de origen, vienen desde hace años. Existen un millón de chicos nacidos entre 2018 y 2020 que lo hacen como refugiados.
A lo largo de 2020, cerca de 3,2 millones de desplazados por cuestiones internas de sus naciones y 251.000 refugiados oficializados volvieron a sus hogares, lo que supones una caída del 40% y del 21%, respectivamente, con relación al año 2019. Finalmente, el reasentamiento de los refugiados, la posibilidad de hallar asilo en otro país, sufrió una drástica caída en 2020, con sólo 34.400 refugiados reasentados el año pasado. Coronavirus mediante, se trata del número de plazas otorgadas más baja de los últimos 20 años.
La situación en América del Sur, a diciembre de 2020, contabilizó a 694.199 personas de interés para la ACNUR en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. De este conjunto, en la Argentina, la ACNUR sigue a 185.342 personas de las cuales 3988 son refugiados, provenientes de Colombia, Perú y Siria, mientras que 9247 venezolanos, cubanos y sirios han solicitado asilo y 448 sirios ingresaron al país a través del Programa Siria.
Como en años anteriores las personas venezolanas constituyeron la segunda población más grade de seres humanos desplazadas a través de la frontera. El primer lugar correspondió a Siria con 6.690.000 habitantes de ese país corridos por la guerra, el hambre, la destrucción de sus hogares y las luchas civiles.
Refugiado o migrante?
Con más de 79 millones de personas desplazadas forzosamente a nivel mundial, y cada vez más noticias sobre embarcaciones que atraviesan el Mediterráneo en los medios de comunicación, cada vez es más común escuchar los términos ‘refugiado’ y ‘migrante’. Pero…¿Existe una diferencia entre ellos? ¿Cuál es y en qué consiste?
Sí, hay una diferencia entre ellos. En este contexto, las personas refugiadas son aquellas que huyen de conflictos armados o persecución. Para finales del 2019, había 26 millones en el mundo. Su situación es tan peligrosa e intolerable que se ven forzados a cruzar las fronteras nacionales para buscar seguridad en países cercanos y, así, ser reconocidos internacionalmente como “refugiados”, con asistencia de los estados, el ACNUR y otras organizaciones. Para ellos, es demasiado peligroso regresar a su hogar; por ello, necesitan asilo en otros lugares. Negarles el asilo podría hacer que sus vidas corran peligro.
Siguiendo esta línea, el derecho internacional define y protege a las personas refugiadas. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, así como otros instrumentos legales, se basan en los fundamentos para la protección moderna de los refugiados. Estos principios legales han dado lugar a la construcción de innumerables otras leyes y prácticas internacionales, regionales y nacionales.
Por su parte, las personas migrantes son aquellas que elijen trasladarse para mejorar sus vidas, encontrar trabajo, estudiar, u por otras razones. A diferencia de las personas refugiadas, quienes no pueden volver a su país de forma segura, los migrantes continúan recibiendo la protección de su gobierno.
Para los gobiernos esta distinción es muy importante; en este contexto, los países tratan a las personas migrantes de acuerdo a su propia legislación y procedimientos migratorios. En el caso de las personas refugiadas, los Estados deben aplicar normas en materia de asilo y protección, definidas en las legislaciones nacionales e internacionales.