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El Comedor San Cayetano cumplió 29 años al servicio de quienes más necesitan, en una obra de amor

Esta historia comenzó a desarrollarse hace muchos años, más exactamente un 22 de septiembre de 1992. Y desde aquel día no paró en su incansable labor de ayuda, solidaridad, mucho de fe y mucho más de solidaridad. Como toda institución, que nace con tal fin, le tocó atravesar buenos momentos con el aporte invalorable de muchas manos anónimas que siempre tienen algo para compartir con el otro; pero también atravesó los duros momentos que coincidentemente tienen que ver con las crisis económicas del país.

Pero para conocer un poco más, Prensa Activa Digital visitó el comedor, el día de su austero festejo y con muy pocos amigos, para dialogar con Martín Soria, su coordinadores desde hace 29 años. «El comedor infantil se llama «Los Hijos de la Inmaculada Concepción». Pertenece al Colegio San Cayetano. Nació el 22 de setiembre de 1992, siendo su Fundador el Padre Florencio Báez junto a un grupo de jóvenes misioneros. comenzó su relato Martín. En aquel momento, «comenzamos asistiendo a 80 niños, pero pronto superamos ampliamente ese número, ya que en la crisis del 2001-2002 se daba de comer a 350 personas. Actualmente por medio del Programa Nutricional del Estado, Desarrollo Social nos da para 160 personas».

Por lo acontecido en el último tiempo, se trabaja de lunes a viernes, en modalidad viandas y con todos los protocolos. «Se dejó de dar el almuerzo los días sábados por falta de presupuesto», afirma Soria, un incansable luchador y gestor que mantiene en alto los valores de la congregación.

Además de la ayuda de Desarrollo Social, el comedor se mantiene gracias a la colaboración de «Padrinazgo de los fieles devotos de San Cayetano el día 7 de cada mes. Siempre hay alguien que se acerca con su familia y nos visita con algunos regalos que siempre vienen bien…».

Son tiempos difíciles y desde el comedor están convencidos que «hay algo más para darle a la gente que sólo comida. Buscamos proyectos solidarios, productivos, dar capacitación, talleres de oficio, creativos y deeste modo ayudar a las familias a hacer microemprendimientos para mejorar su situación económica, los inserte en el mundo laboral… llevándolos a tener una mejor calidad de vida…que les devuelva su dignidad de personas, como lo quería nuestro Padre Fundador Luis María Monti, Superior de la congregación Los Hijos de la Inmaculada Concepción, más conocidos como los Curas Azules», afirma Martín.

Casi 30 años al servicio de quienes más necesitan, le restó tiempo a su persona y su familia, pero Martín está orgulloso de lo vivido. «Tengo la alegría de sentirme elegido por Dios para llevar a cabo su misión. Un agradecido de la vida y de Dios por tantas bendiciones. Pero siempre comprometido a más. A ayudar para una mejor calidad de vida de las familias…ayudarlos a discernir lo bueno y lo malo para su toma de decisiones. Que descubran sus talentos…sus habilidades…que los lleve al mundo del trabajo y no dependan de un plan social…».

Sería ingrato no hacer referencia en esta nota a quienes hacen posible que todos los días llegue un alimento nutritivo, rico y calentito a cada hogar. Ellas son María de los Angeles Medina, Lidia Barros, Florencia Ponce, Claudia Bulacio y Débora López, generosas y desinteresadas cocineras que sólo obtienen como paga la comida para sus familias.

Esta gran obra de servicio al prójimo necesita de ayuda, sponsors y muchos padrinos que contribuyan a alivianar la carga y llevar un poco de paz, tranquilidad y alegría a muchos hogares. Ojalá Prensa Activa Digital, a través de este artículo sea intermediaria entre el comedor y la gente. Por muchos años más Comedor San Cayetano… Salud!!!!!

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