El escribano no es un simple copista
En el día del escribano, Prensa Activa Digital dialogó sobre la profesión con la escribana Lidia Pardo con una vasta trayectoria en la provincia. No era la carrera que yo había elegido, quería ser física nuclear pero no se daban las circunstancias entonces elegí esta carrera que era también una carrera familiar por que mi abuelo era también escribano, León Pardo, nos comenta Lidia. Yo me recibí en el año 1976 y cuando me recibí ya mi abuelo había muerto así que tuve que concursar mi registro lo cual me llevó bastante tiempo de estudios, de concursos, hasta que obtuve mi registro con la creación de treinta registros que se hicieron. En ese proceso de tiempo trabajé como relatora en el juzgado federal lo cúal me dió una visión judicial del derecho que también me hacía bien.
Actualmente la profesión nuestra es difícil porque a veces la tecnología nos juega a favor, a veces nos juega en contra, es hermoso ser escribano a pesar de ser una profesión de mucha responsabilidad porque todo el asiento jurídico de las situaciones del estado se asientan sobre los hombros nuestros.
Comparto las palabras de Omar Fenoglio, presidente del concejo federal del notariado argentino quien dijo que «los escribanos además de cumplir una función certificante, interpretamos la voluntad de los requirentes; ejercemos el control de legalidad; brindamos asesoramiento desde una posición objetiva y ecuánime, tendiente a la prevención de conflictos; traducimos jurídicamente la voluntad de los ciudadanos, instrumentando los actos y contratos pertinentes, cuidando que no se plasmen cláusulas abusivas en detrimento de los sectores más vulnerables, protegiendo los derechos de todos con imparcialidad. Nuestra intervención confiere a los actos seguridad jurídica, base de la paz social. En cada Escribanía hay un profesional de derecho que ejerce una función pública delegada por el Estado y que, sujeto a un estricto y permanente control del cumplimiento de sus obligaciones, garantiza los derechos de las personas».
Es en la Escribanía donde el ciudadano hace realidad la obtención del título de propiedad sobre su vivienda, la instrumentación del crédito para su empresa, la tranquilidad de dejar establecido el destino de su patrimonio mediante el otorgamiento de un testamento o el tratamiento de su persona y de sus bienes para el caso de falta de discernimiento, a través de una manifestación de autoprotección.
En ésta situación de pandemia ,continua Pardo, nosotros hemos estado dentro de los grupos que tenían que trabajar y hemos preparado las escribanías con mucho sistema de sanitización por la situación de la gente, hay escribanos que están trabajando con turnos y nosotros personalmente en mi escribanía hemos cuidado al máximo el sistema de protocolo para evitar contagios. Es un trabajo mas limitado y muy resentido económicamente porque el trabajo nuestro fluye de acuerdo al flujo de la economía del país. Son momentos difíciles pero contamos con toda la predisposición para poner el mayor esfuerzo a todas las cosas que hagan falta.
En mi caso personal siempre he tratado de hacer mi trabajo profesional y a la vez una actividad social paralela que la hago desde la fundación Yucumán tratando de llegar y colaborar lo mejor que se puede para que la gente tenga todo y para recuperar la conciencia de amor por las culturas y tradiciones de la patria.