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El minuto a minuto para que Alberto Fernández no vuelva a estallar

Todos los referentes del Frente de Todos tienen hoy las mismas razones tanto para entusiasmarse como para frustrarse. De manera instantánea y en la misma frase, cuatro funcionarios de primer nivel oficial manifiestan dos o tres puntos de vistas contrapuestos en una misma observación y sin que entren en contradicción.

Ahora la novedad, anticipada ayer por MDZ, es la expectativa que existe en el seno oficialista sobre el diálogo que tendrán Alberto Fernández con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para conseguir un nuevo esquema para el pago de la deuda, que se extienda a 10 años, como pide su vicepresidenta. «Si no pasa, estamos en problemas», confió una importantísima fuente gubernamental.

«Habrá que ver cuando al gordo (Alberto Fernández) se le vuelve a soltar la chaveta y dice que ‘perdimos ocho meses por lo que le trababan la gestión a Martín Guzmán‘. Ahora Silvina Batakis está haciendo lo mismo que él pedía y nadie le dice nada», en clara referencia a Cristina Fernández de Kirchner, que sigue de cerca el día a día de la administración nacional.

«Esto ayuda a ordenar, también. Que la jefa esté al tanto de todo descomprime porque nada se hace sin su autorización. Entonces, no hay derecho al pataleo… Mirá como el cuervo (Andrés Larroque) tuvo que salir por todos lados a decir que las declaraciones de ayer eran viejísimas», confió la misma fuente que reparte su tiempo en un importante Ministerio nacional y en el territorio de todo el país. 

Larroque había declarado que el conurbano estaba a punto de estallar por las políticas aplicadas por Guzmán y que si no se implementaba por decreto o por ley el Salario Básico Universal la conflictividad social sería determinante. Batakis parece haber enfriado ese proyecto y congelado todos los gastos, con lo cual, si se cumple la profecía del ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires es hoy un polvorín.

Lo que no miden con sus declaraciones varios dirigentes cercanos a La Cámpora, o con buenos vínculos, es que ese «polvorín» lo conduce, políticamente, Máximo Kirchner, el presidente del PJ bonaerense. O no contiene o deja hacer, sería la rápida observación.

Un economista que transita habitualmente por el Instituto Patria y cuyos informes son analizados por la vicepresidenta con cierta asiduidad sostuvo que no sólo era un problema con Guzmán lo que irritaba al kirchnerismo duro, sino, también, sus formas. En este punto coinciden todos, los del nonato albertismo, Sergio Massa y La Cámpora

«Martín se llevaba los números a la casa, no informaba, no articulaba, casi que sólo reportaba por aspectos puntuales y actuaba como un lobo solitario, empoderado, pero solitario. Silvina, en cambio, es más de la política, conoce los códigos y las necesidades de cada uno de los actores, y si tiene que decir que no, te lo va a decir, no te lo da a conocer por los medios», dijo este economista que sabe que las tensiones continuarán en el día a día. 

Septiembre es el mes que la vicepresidenta trazó como fin de la agonía. Ella viene exponiendo que todo explotará por el aire y el BCRA se quedará sin un solo dólar en esa fecha. Por eso tomó la iniciativa de estar en el día a día de un Gobierno que desde el inicio no sintió como propio.

En este momento, todos están con la guardia alta. Saben que sus presupuestos están bajo revisión y recortes. «Obvio que habrá tensiones, pero creemos que serán momentáneos». Hasta los que no la quieren creen que Cristina Fernández es la única en condiciones de conducir este proceso, pero desconfían cuándo será el momento que algo estalle, ya sea por declaraciones, actitudes, o la vuelta de los discursos bomba. Y también ruegan que el presidente no sienta que le hicieron perder tiempo debilitando al ministro si luego ellos son los que hacen lo mismo que pedía Guzmán, entre otras cosas, el reemplazo de los funcionarios del área energética Federico Basualdo y Federico Bernal. 

Mientras tanto, hay otra tarea para el hogar. Cómo compensar a Sergio Massa por el ingreso de Daniel Scioli al escenario nacional y, fundamentalmente, al Gabinete de FernándezMassa niega cualquier cargo si no sólo es aprobado por la dupla presidencial, sino que sea representante de una reconfiguración integral. Quizás suceda rápido pero, también, que jamás suceda. 

Fuente : MDZ

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