El primo del hombre más peligroso de Venezuela es el carcelero del gendarme argentino Nahuel Gallo
La represión que lanzó el régimen bolivariano a través de su funcionario más fanático, Diosdado Cabello, quien encarceló a 120 extranjeros sin justa causa, tiene en el capítulo del gendarme argentino el caso más escandaloso. Su propio primo, un general del ejército, lo custodia día y noche.
La suerte está echada para el régimen bolivariano que encabeza Nicolás Maduro y una corte de fanáticos chavistas liderados por el comandante Diosdado Cabello, que saben perfectamente que si pierden el poder, los aguarda un destino de largos años en la cárcel o en el exilio de algunos de los países que apoyaron el experimento político venezolano que generó una diáspora de sus ciudadanos por una cifra cercana a los 7.700.000 personas entre refugiados y migrantes.
A pesar de la condena internacional por unas elecciones fraudulentas que le quitaron la victoria al candidato más votado, Edmundo González Urrutia, y que incluye a líderes de países de centroizquierda como Gabriel Boric de Chile, Nicolás Maduro se apresta a jurar por un nuevo período presidencial en medio de un clima de violencia incipiente y de amenazas a Urrutia y a la líder de la oposición María Corina Machado, que vive desde hace meses en la clandestinidad y que prometió encabezar multitudinarias marchas pacíficas que se preparan para el jueves 9 de enero.
Por 48 horas, el mundo estará atento a lo que suceda en la “marcha por la libertad” y en la asunción que ocurrirá un día después en Caracas, donde se preparan los actos para la nueva y continuada toma del poder de Nicolás Maduro.
Para esa ocasión, que sucederá el 10 de enero, en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno de Venezuela, integrantes de la «Milicia Bolivariana», una organización vinculada a la Fuerza Armada pero sin instrucción castrense formal, continúan recibiendo fusiles de asalto de origen ruso como muestra de «lealtad» hacia el autócrata venezolano que ha decidido proclamarse presidente el próximo 10 de enero, caiga quien caiga, y a pesar de que los vientos políticos del planeta están a punto de cambiar cuando asuma en la Casa Blanca, diez días después que Maduro, su némesis, Donald Trump.
Durante estas 48 horas de extrema tensión y nerviosismo para la sufrida sociedad venezolana, la suerte del gendarme argentino Nahuel Gallo ingresará en una especie de cono de silencio por el cual nadie habla ni da explicaciones acerca de un “secuestro” político que quiebra cualquier pacto elemental de derechos humanos y de sana convivencia entre naciones latinoamericanas.
El carcelero de Nahuel Gallo es uno de los oficiales más relevantes del régimen
La detención ilegal de Nahuel Gallo fue y es supervisada por César Augusto Febres Cabello. Un General de División del Ejército y Comandante del ZODI 23 Trujillo que en la actualidad se desempeña en la Comisión de Servicio en el Ministerio de Interior y Justicia, secundando en esas funciones a su primo, Diosdado Cabello, la mano derecha del autócrata Nicolás Maduro.
Varias fuentes revelaron al periodista y analista político internacional, Ricardo Sarmiento, que el General César Cabello es uno de los más importantes del régimen y al que se le ha encomendado la misión de mantener tras las rejas al gendarme argentino.
Su primo Diosdado Cabello es en realidad el hombre más fuerte de Venezuela. Para Sarmiento es “… más fuerte aún que Nicolás Maduro, quien es la cabeza formal del régimen dictatorial de Venezuela. Ambos tienen diferencias y disputas internas que no trascienden fuera de Venezuela por causa de todos los mecanismos coactivos y represivos de Maduro, quien durante 2024 no se privó, en sus exaltadas expresiones personales, de decir públicamente ante sus adeptos que cortaba “relaciones” con las redes sociales X y WhatsApp”.
Además, un informe periodístico de la revista Anfibia señaló recientemente que el oficial Nahuel Gallo se encuentra privado de su libertad en el penal el “Rodeo I”, ubicado a 50 minutos de Caracas. “Se trata de un centro penitenciario que desde su creación en 1980 fue una cárcel para presos comunes, pero en febrero de 2024 se transformó en un lugar para presos políticos”.
transaccional. “Utilizarlas como moneda de cambio en negociaciones políticas o económicas, especialmente con países como Estados Unidos, con quienes el régimen venezolano mantiene tensas relaciones.”
Y justifican sus apreciaciones en las decisiones de la Fiscalía General de Venezuela, que responde a los intereses del oficialismo chavista, y que viene de excarcelar a 146 personas que fueron detenidas por protestar después del fraude electoral cometido el pasado 28 de julio.