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En Tucumán aún se padece la contaminación por la quema de cañaverales y los ingenios

Estamos en plena época de zafra azucarera y ya comenzó a verse nuevamente el hollín en las calles y casas del interior de la provincia. Algunos vecinos denuncian que se debe a la quema de cañaverales. Otros, en tanto, reclaman el mal funcionamiento de los ingenios.

En diálogo con Suena a Campo, el subsecretario de Medio Ambiente de Tucumán, Marcelo Lizárraga explicó que se puede identificar fácilmente la ceniza que proviene de la quema de bagazo -que proviene del proceso fabril de los ingenios-, de la quema de cañaverales. «Sería una falta de respeto confundir a la opinión pública y decir esto es quema de caña o es hollín sin tener la certeza de lo que estamos hablando«, dijo Lizárraga y explicó: «el particulado que proviene de caldera, es el hollín, una ceniza muy pequeña y fina. Esta se acumula en algunas fábricas azucareras por algún evento importante. Sin embargo, todas las fábricas cuentan con los debidos filtros según lo estipula la ley 7460, y la SEMA (Secretaría de Estado de Medio Ambiente) pudo comprobarlo«.

Lo que sucede a veces, según explicó el subsecretario, es que «puede fallar una bomba, una piquera. O bien, la caña puede venir muy sucia con tierra y haga que algún componente del circuito cerrado se tranque generando estas complicaciones«.

Por otro lado, Lizárraga remarcó que la secretaría cuenta con un sistema de alerta que identifica estas fallas e «inmediatamente estamos tratando el tema«.

Con respecto a la ceniza proveniente de la quema de caña de azúcar, declaró: «estamos muy lejos del Tucumán donde llovía cenizas todos los días. No teníamos la dimensión ambiental como la tenemos ahora». A su vez, destacó que son varias las instituciones que trabajan en conjunto con la SEMA en el tema de contaminación ambiental y el uso del fuego. «Es un tema transversal a seguridad, salud, educación, ambiente y defensa civil«. Por esta razón, se constituyó una Mesa de Gestión Ambiental conformada por: INTA; la Estación Experimental; la dirección de fiscalización ambiental y de medio ambiente; defensa civil; Siprosa y organizaciones de productores e industriales.

Asimismo, Lizárraga comentó que gracias al financiamiento de los mismos productores se elaboró la norma «Local GAP» que certifica la producción de caña de azúcar libre de fuego. «Esta es una norma derivada de las Global GAP -norma europea de buenas prácticas agrícolas-«.

Y aseguró: «está norma comenzó a implementarse en el año 2011 con 400 hectáreas. Hoy estamos superando holgadamente las 50.000 hectáreas. Con esto, el sector productivo ha entendido que el uso del fuego no solo es nocivo para la producción actual, sino también para la futura»

«No se trata de una cuestión de castigo al infractor. Sino, más bien, de educación», señaló el subsecretario. 

En cuanto a la práctica de cosecha en verde, Lizárraga comentó: «la gran mayoría de las empresas agrícolas se encuentran llevando a cabo está práctica. Salvo en el centro de la provincia, dónde todavía persiste un minifundio cañero que cosecha manualmente. En este tipo de estructura, por una cuestión de dimensiones, no se puede hacer cosecha en verde porque estaríamos tirando muy abajo los números a ese productor«.

Consultado por los controles a las fábricas, -sobre todo el ingenio Aguilares que recibe constantes quejas de los vecinos-, el subsecretario dijo que: «lo que sucede acá es que el ingenio quedó anclado en el centro de la ciudad. No nos olvidemos que se trata de una industria pesada, y sin lugar a dudas molesta. Porque genera ruidos, movimientos de vehículos pesados y todo tipo de inconvenientes. Las inspecciones se hacen diariamente desde la dirección de fiscalización ambiental y la SEMA. Esto es así ya que 10 ingenios de la provincia cuentan con una demanda por parte de la provincia de Santiago del Estero. Así, estamos obligados a presentar un informe trimestral sobre la evolución de la producción sucroalcoholera dentro de Tucumán».

La vinaza es el otro gran problema 

En relación a uno de los desechos más contaminantes de la industria de la caña de azúcar, la vinaza -que se utiliza para fertirriego-, Lizárraga se refirió: «la mayor contaminación de la vinaza es por la materia orgánica. Entonces esto se devuelve al suelo y no genera contaminación, salvo que no esté bien aplicada. En este sentido, la Estación Experimental elaboró protocolos para la disposición de vinaza en los suelos agrícolas que fueron tomados como resolución de la SEMA«.

Cabe destacar, que este residuo también puede utilizarse para tratar suelos improductivos por salinidad y sodicidad por su abundancia en potasio. Es decir que «la vinaza no debería ser un contaminante del suelo si está bien manejada y se dispone en la forma que la resolución lo indica. Esta disposición debe ser en láminas que no superen los 15 mm para humedecer los primeros centímetros de suelo«, indicó.

Fuente: Suena Campo

Redacción
Author: Redacción

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