Policiales

En un juicio abreviado sentenciaron a un delincuente a 5 años de prisión

Por dos hechos en flagrancia, ocurridos el pasado 8 de mayo, el Ministerio Público Fiscal logró la condena para un sujeto que se desempeñó como “campana”.

Luego de tres jornadas de debate, el miércoles 7 de diciembre la jueza actuante encontró culpable a Carlos Tomás Núñez por los delitos de robo con escalamiento en grado de tentativa (primer hecho) y triplemente agravado por efracción, por ser cometido con un machete y por el uso de arma de fuego cuya operatividad no puede por tenerse por acreditada (segundo hecho), en calidad de partícipe necesario por los ilícitos realizados a una cuadra de la Iglesia San Cayetano sobre avenida Pedro Miguel Aráoz de la Capital.

«Fue un caso muy importante para la Unidad porque estamos ante dos hechos donde una de las víctimas sufrió una fractura de cráneo a raíz de un machetazo que le dio el autor. Fuimos a estas tres jornadas de juicio porque su consorte no quiso llegar a una salida alternativa (juicio abreviado). Por lo tanto, logramos que se condenara a la persona que estaba afuera de los dos domicilios donde ocurrieron los hechos. Era quien indicaba y advertía sobre la presencia de la policía u otro vecino para que el autor pudiera desempeñarse dentro de las viviendas”, detalló Susana Elena Cordisco, fiscal de la Unidad Especializada de Delitos Flagrantes IV del Ministerio Público Fiscal.

“Fue un trabajo muy grande y nos encontramos satisfechos por el agradecimiento de la víctima quien volvió a creer en la Justicia a través de este caso y de esta condena. La pena para el primer autor se dio a través de una salida alternativa (juicio abreviado) a seis años de prisión efectiva y, en este caso, el ‘campana’ fue acusado como partícipe necesario a cinco años de prisión efectiva”, manifestó Cordisco.

La calificación legal

«El debate que tuvimos la semana pasada y la calificación que se le atribuyó al sujeto condenado fue la de partícipe necesario en los dos hechos. En el primero fue por el delito de robo agravado por escalamiento donde el autor trepó un portón de una vivienda en horario nocturno para ingresar al interior de la misma. Y en el segundo caso por un delito triplemente agravado porque hubo una fractura de una ventana, asimismo se utilizó un arma (machete) y otra de fuego (no habida). La complejidad del legajo y que se trasladó al debate fue demostrar que esta persona que fue condenada finalmente estaba al frente de los domicilios de ambas víctimas. Tomó una participación primaria en el hecho brindando colaboración, apoyo, vigilancia y seguridad al autor quien ingresó al interior de las mismas. En ese sentido, la complejidad de la prueba radicó en vincular a este sujeto en ese rol de vigía de seguridad y de soporte respecto del autor que también fue condenado”, manifestó el auxiliar de fiscal, Ricardo Ybañez.

El llamado al 911 y los testimonios de los vecinos

“La víctima, del primer hecho, se encuentra fallecida por un tema de salud pero a pesar de eso logramos que su voz fuera escuchada a través de un audio cuando llamó al 911 y pidió la ayuda de la policía para que concurran a su casa porque se estaba llevando adelante un robo con personas armadas”, subrayó la Fiscal.

«En este juicio fue fundamental la declaración de los testigos quienes a través de tareas investigativas logramos identificarlos. Son los que conectan a la persona que estaba haciendo de campana. Los vecinos de la víctima alertaron a la policía sobre la existencia de esta persona que se encontraba caminando por la cuadra y resaltaron la actitud sospechosa de vigilancia activa y eso fue lo que les llamó la atención”, expuso la instructora Romina Pérez.

Los hechos atribuidos

El 8 de mayo del corriente, siendo las 03:00 aproximadamente, Eduardo Maximiliano “Pajarito” Barros y Carlos Tomás Núñez, previo acuerdo de voluntades y distribución de las tareas que cada uno llevaría a cabo, ingresaron al interior de un domicilio ubicado sobre avenida Pedro Miguel de Aráoz de la Capital, previo trepar un portón de acceso de 2,5 metros de altura aproximadamente que protege la mencionada vivienda; una vez en su interior, con claras intenciones de sustraer ilegítimamente bienes ajenos, “Pajarito” empujó fuertemente la puerta de acceso de la casa, extrajo lo que aparentó ser una pistola de gran tamaño, color plateada y le dijo a la víctima que sostenía del otro lado la puerta: “Abrí la puerta o te mato, si no abrís la puerta te voy a meter un tiro”; luego ante la resistencia del damnificado y por los pedidos de auxilio que efectuó desde una habitación contigua se dirigió hasta la parte superior de la vivienda, usando unas escaleras. Por su parte, el cómplice momentos antes había salido del terreno del mismo modo por el que entró y se dirigió hasta la vereda que da al frente del domicilio.

Diez minutos después, “Pajarito” subió al techo de la planta alta de otro domicilio ubicado en igual avenida del barrio San Cayetano, oportunidad en la que recibió el auxilio y cooperación del consorte, el cual se encontraba en la vereda de la casa vigilando la zona y haciendo “de campana” mientras le decía: “Dale, seguí, seguí, está todo bien”. Posteriormente, el sujeto bajó del techo y rompió el vidrio de un ventanal que cierra y protege una terraza cerrada de la planta alta del inmueble. Una vez en el interior de la casa, el autor, que llevaba consigo un machete de aproximadamente 30 o 40 cm, abordó a su propietario y le dijo: “Quiero plata, dame plata, dame la plata, dame todo o te mato” y le asestó dos golpes en la cabeza con el machete, lo que le produjo a la víctima fractura de cráneo en región fronto-parietal derecho. Seguidamente y a punto de desvanecerse, mientras sangraba por la herida, le entregó tres teléfonos celulares, un anillo de oro y la suma de $20.000. Acto seguido extrajo lo que aparentó ser un arma de fuego de grandes dimensiones, con mango de color gris y le exigió la entrega de más pertenencias para con su machete propinarle “puntazos” en las costillas de la víctima al momento que la obligaba a abrir todos los cajones de la casa. En los instantes en el que se encontraba nuevamente en la terraza techada de la vivienda, el damnificado gritó por auxilio a sus vecinos y al personal policial que se habían hecho presente en el lugar, tras lo cual “Pajarito” se vio acorralado y saltó por una ventana ubicada en la habitación matrimonial para luego darse a la fuga munido con los objetos mencionados. Por su parte, su consorte había sido reducido instantes antes en la vereda por los efectivos alertados por llamados del Sistema de Emergencias 911.

Redacción
Author: Redacción

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