Equinoccio de primavera
El equinoccio de primavera, como los otro equinoccios y solsticios no tienen un día fijo, depende del movimiento de la Tierra.
El equinoccio es cuando el Sol, visto desde la Tierra pasa sobre el ecuador.
El equinoccio de primavera marca un renacimiento de todas las cosas. Las plantas, los árboles, los animales, incluso nosotros, los humanos, sentimos la necesidad de salir de la cueva en donde pasamos el invierno para volver a florecer, ser libres y conectar con el espíritu de la naturaleza.
Muchísimas cosmovisiones del planeta (andina, celta, lakota) se rigen por una circularidad temporal que podemos llamar «rueda del año», que contempla momentos importantes y propone un ordenamiento natural de los tiempos. Estas celebraciones ancestrales conectan los bioritmos naturales, los ciclos del Sol, la Luna y el resto de los planetas de nuestro sistema solar.
Son importantes en este momento las ceremonias y los rituales donde nos purificamos, hacemos limpiezas, agradecemos a la Pacha y construimos rezos que serán la llave al crecimiento de las semillas-deseos que plantemos en la tierra fértil.
El nombre viene del Latín y significa el día dura lo mismo que la noche, manifestó a Prensa Activa Digital la Dra. en Física Olga Pintado quien también nos comentó que muchos lo celebran por tradición el día 21 aunque éste fenómeno tuvo lugar hoy a las 10.30 hora argentina
Visto desde la Tierra el Sol se mueve entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio. Los solsticios ocurren cuando se lo ve sobre el trópico y se llama solsticio que indican el inicio del verano y del invierno.
La cruz de las estaciones
Existen cuatro momentos especiales que marcan las estaciones: dos equinoccios (primavera, otoño) y dos solsticios (verano e invierno). A ellos podríamos conectarlos a los puntos cardinales, a los cuatro elementos de la naturaleza (tierra, agua, fuego y aire) e, incluso, a un orden mayor que tiene que ver con el tiempo-espacio.
Los dos equinoccios y los dos solsticios arman una cruz que equilibra nuestro paso por el planeta Tierra. Es el momento del año en el que el Sol alcanza el punto más alto en el cielo, esto hace que la noche sea igual al día, trayéndonos equilibrio.
Este evento terrenal y celeste ocurre dos veces al año: en el Hemisferio Sur en otoño, 20 o 21 de marzo, cuando comienza el año astrológico en el signo de Aries; y en primavera, cuando comienza Libra, entre el 22 o 23 de septiembre de cada año.
Existe una sincronía en diversas culturas: convergen en que para estos momentos del año se celebra, se agradece, se comparte, se ritualiza.