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Hoy, a las 15, se nos fue de gira el maestro Carlos Kanán, incansable actor, director y teatrista

Una brillante y reconocida trayectoria avalan su honorable y destacado paso por el radioteatro, donde escribió muchas de sus páginas y por el teatro en donde se destacó con grandes producciones

Se nos fue otro grande de la escena tucumana, Carlos Kanan, el reconocido director de teatro de nuestra provincia que era, uno de los últimos «sobrevivientes» de la «época de oro» del radioteatro.

En los últimos años realizó en distintos lugares de la provincia la presentación de su obra «La Pasión» que venía representándose desde hace muchos años con singular éxito.

En breve síntesis, Carlos Kanán nació en San Miguel de Tucumán el 24 de octubre de 1938 y tenía 85 años cumplidos.

Sus padres fueron Juan Abraham Kanan y Emma Vetter y siempre recordaba que su padre, de origen árabe, llegó al país a los 18 años en calidad de inmigrante y que falleció a los 103 años de edad. Nació en el hogar de un comerciante de almacén de ramos generales que tuvo siete hijos, y Carlos estaba entre los 5 varones, más dos mujeres.

Kanán hizo sus estudios primarios en la escuela Dr. Miguel Lillo y el bachillerato en el Colegio Nacional Bartolomé Mitre, y cumplida esa etapa descubrió su verdadera pasión, el arte.

Dio sus primeros pasos en el radioteatro con el director porteño Tato de Serra, quien hacia 1946 venía de triunfar fundando una compañía de radioteatro en Rosario. Una vez radicado en Tucumán por muchos años con su esposa y compañera de rubro, Cecilia Guzmán, fue Serra quien inició a Kanán en sus primeros pasos.

Es imposible desligar el nombre de este inolvidable genio del radioteatro sin vincular su nombre a otros dos grandes Armando de Oliva y Ricardo Jordán.

Mientras que a Oliva lo reconocía como su maestro en radioteatro y heredero del clásico «León de Francia» que marcó una época en la provincia.

«Armando puso en escena y dirigió esta obra en dos oportunidades», recordó en una nota que hizo con éste redactor en el diario el periódico, en la década de los 90, «y yo en tres ocasiones en Tucumán la hice con un éxito impresionante. Yo había heredado de Armando los libretos, el traje original y hasta las espadas del «León de Francia«, recordaba por entonces con orgullo y satisfacción; y además de él, siempre que hacía un reportaje en el que se aludía al radioteatro, recordaba, -además de De Oliva- a Ricardo Jordán, Mario Vanadía, Alfonso Gómez Delcey, Álvaro Gutiérrez, Angel Cuagliata, entre otros.

Luego, llegó su paso por el teatro en donde también se destacó en producciones grandiosas como «Vida y pasión del Dios-Hombre» en donde dirigió a un grupo que llegó a contar con hasta 150 artistas en escena, tanto en Tafí del Valle como en la ciudad de San Miguel.

En años recientes, hizo una re-adaptación de «Violetas imperiales», y la dirección de un radioteatro de tema histórico en una producción del Ente de Cultura. Recibió muchos premios por estos y por muchos títulos más, y la Asociación de Actores, además de premiarlo «por su honorable trayectoria» dio, en su homenaje, el nombre de «Carlos Kanán» a los premios Artea 2018-

Son apenas, algunos de sus muchos pasos, de verdad, muchos, tantos, que algunos actores lo recuerdan por su capacidad enorme de generar proyectos y nuevas metas. Es que esos muchos pasos solo son importantes para él, ahora que conoce la eternidad de las grandes metas, lo que a nosotros nos incumbe son las huellas que dejan esos pasos, porque Tucumán tiene, desde hoy, un antes y un después de este admirable artista.

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