La bronca de los dos ex presidentes, la sospecha de un tapado anti Kicillof y el internismo libertario
Javier Milei y Axel Kicillof, tan parecidos en muchos aspectos, además de provenir de la misma profesión, también se asemejan en la tortuosa relación que están teniendo con quienes pueden ayudarlos o potenciarlos en estos momentos de tanta incertidumbre. La sombra de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri y cómo manejen esas relaciones atará buena parte del futuro de sus mandatos.
El PRO está en ebullición. Los intendentes que no estuvieron de acuerdo con el acuerdo con los libertarios, y aquellos que lo hicieron pero bajo estrictas condiciones que siempre estuvieron a punto de estallar como Soledad Martínez, están imponiendo condiciones a los que quedaron del bando violeta y hasta se pusieron la campera de ese color, como Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro.
Los mensajes a través del whatsApp son contundentes en ese sentido, y más de uno prefirió un contacto cara a cara en una de las tantas reuniones que hubo antes y después de la elección de septiembre pasado porque “sino no iba a haber más retorno, aunque ya con algunos quedó claro que no los respeto”, le dijo ayer a MDZ uno de los que nunca se abalanzó a la onda de La Libertad Avanza.
“El primero que ordene su interna y arme un mensaje puede ganar la elección”, le dijo a El Cronista uno de los pocos dirigentes territoriales que hace tres meses insistía que no había manera que ganara La Libertad Avanza la elección desdoblada de la Provincia de Buenos Aires.
La afirmación es precisa. Ninguno de los espacios mayoritarios tiene sus problemas internos resueltos y las facturas entre sí se acumulan día tras día. Máximo Kirchner y La Cámpora le reprochan a Axel Kicillof aún el sistema de elección que privilegió para estas elecciones legislativas y ya le endilgan que, si no sacan más de diecisiete diputados nacionales, que es lo que hubieran conseguido con los resultados del 7 de Septiembre, “es igual a una derrota”.