La peste en los linderos de la aurora
Por Marta Graciela Uzqueda

Historias
Días de furia
como ruedas invisibles
girando sobre mundos
dorados, pálidos, inconsistentes.
Frente a la magnitud de tus dentelladas,
quedan sólo gestos cubiertos de fieltro,
ojos sin color, pupilas evanescentes,
con miradas inciertas, aquí y allá.
Un día, uno de tantos,
quise beber miel en la desbordante fuente,
como desde hace muchos años; en su lugar,
una resina roja infectaba pieles
Nada. Y entre la nada, los silencios,
de pavimentos grises, vaciados.
Las horas se deslizan sobre un cuadrante invisible,
y el sonido hueco sacude los rincones
de piedras apiladas, con formas rebuscadas.
Entre la tiniebla informe, muchos rostros te buscan,
estas allá, en lo infinito, magnánimo,
¿Acercarás tu luz a tantas manos vacía
¿Enjugarás muchas lágrimas y nos sanarás del espanto?
Del Libro: La peste en el decurso de una vida, CGCET