La Rioja fue escenario de nuevos descubrimientos de dinosaurios herbívoros
Con una publicación en la Revista Communications Biology, se dio a conocer el hallazgo que data de más de 70 millones de años atrás.
Encabezado por Martín Hechenleitner, paleontólogo que dirige al grupo de investigadores, se descubrieron dos nuevas especies de dinosaurios titanosaurios en la Quebrada de Santo Domingo, una zona de la precordillera ubicada en La Rioja.

Los titanosaurios eran dinosaurios herbívoros de gran tamaño, cuadrúpedos, de cuello y cola larga y cabeza proporcionalmente pequeña, habrían vivido durante el período conocido como Cretácico, previo a la extinción de los dinosaurios.
La primera de estas dos nuevas especies descubiertas habría alcanzado unos 20 metros de largo y fue bautizado Punatitan, que significa “gigante de La Puna”. El segundo, que sería el más pequeño de los titanosaurios de Sudamérica, habría rondado las tres toneladas de peso y los siete metros de largo; fue bautizado como “Bravasaurus”, en referencia a la Reserva Provincial Laguna Brava.

El equipo trabaja en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja (CRILAR) argumenta que a pesar de saberse sobre la abundancia de estos dinosauros en el continente sudamericano, la mayoría de los registros vienen de la Patagonia y del sur de Brasil aunque no hay conexión posible para esa distribución, tras el parentesco de la especie.
Tras unas largas expediciones, llegaron al punto de encuentro a pesar del difícil acceso que representa el lugar y las dimensiones. Con el indicio de una gran cantidad de huevos es que se iniciaron las excavaciones.

Diagramaron paulatinamente el panorama de ecosistemas de la región, comparándolos con los de la Patagonia que nidificaban en un ambiente hidrotermal, con pequeñas piletas de barro con agua caliente de las que aprovechaban el calor para incubar los huevos. También, ponían los huevos en un lugar arenoso, en un ambiente semi-árido, y aparentemente usaban el calor del sol para la incubación. Diferentes a los de la zona de La Rioja que lo hacían en una planicie asociada a un río, posiblemente un lugar con bastante vegetación.
Hechenleitner afirma que los fósiles hallados son una pieza clave para entender la complejidad de los ecosistemas del Cretácico de Sudamérica.