La unidad de Juntos por el Cambio, ¿puede quebrarse esta semana?
Al igual que lo había hecho José María Canelada, el dirigente del PRO, Alberto Colombres Garmendia, puso en dudas una fórmula única para competirle al Frente de Todos y se quejó de las mezquindades y negligencias para dirimir la interna del principal espacio opositor.
La alianza de Juntos por el Cambio camina por una cuerda floja en Tucumán. Los buenos resultados de los comicios de 2021 ungieron como líderes de ese espacio al intendente de la capital, Germán Alfaro, y al actual diputado nacional, Roberto Sánchez, y habían entusiasmado al principal armado opositor con la posibilidad de arrebatarle la gobernación al peronismo. Pero la algarabía rápidamente se tradujo en problemas intestinos para JxC, que hasta el día de hoy no supo resolver de manera democrática al rival de turno de Osvaldo Jaldo, único candidato del Frente de Todos para garantizar la continuidad de la gestión peronista.
Sucede que ninguno de los dos esta dispuesto a ceder ante el otro, al menos no sin ser “recompensado”. Allí empieza la disputa por la continuidad en las intendencias que domina la alianza, con el eje de discusión centrado en la capital, el principal distrito electoral de la provincia. Obviamente, Alfaro busca retener para su partido el mando municipal, pero desde el sector liderado por el concepcionense le restriegan el fuerte respaldo que tuvo en la capital durante los comicios parlamentarios de hace poco menos de 2 años.
Fueron varias las alternativas que se barajó para resolver la interna, sin embargo, no se terminó por fijar ninguna herramienta que pueda resolver democráticamente la cuestión. Desde el alfarismo se buscaba que se celebren internas, convencidos de que la estructura política que montaron durante los últimos años lo favorecería; mientras que el radicalismo buscó sin éxito -al menos hasta aquí- emplear como herramienta de consenso las encuestas.
A pesar de las obvias diferencias, los dirigentes del PJS y de la UCR se esforzaron por dar señales públicas de unidad, aunque puertas adentro la realidad parece ser otra. Para este jueves está previsto un gran acto organizado por dirigentes cercanos a Alfaro, y donde se espera el anuncio de su candidatura. La gran incógnita es si en ese acto también asomará el nombre de Sánchez y en que lugar de la fórmula estará ubicado cada uno, en caso de que se presente una lista única.
No obstante, hay quienes ponen en duda esta posibilidad. Para el dirigente del PRO local, Alberto Colombres Garmendia, “hay mucho riesgo de ruptura”. El exlegislador señaló que Juntos por el Cambio falló en fijar reglas claras para designar a sus candidatos, porque prevaleció el egoísmo y la incapacidad. Se quejó, al igual que otros dirigentes de ese espacio -tal es el caso del legislador José María Canelada, que recientemente declinó su candidatura a intendente de la capital-, de la falta de democracia en el seno de la alianza y aseguró que las decisiones arbitrarias dañaron la unidad.
“Hoy no sabemos si va a haber frente o si no va a haber frente, y eso genera incertidumbre en todas las candidaturas”, añadió.
La intervención del PRO sumó la semana pasada más leña al fuego. Para los referentes de ese partido que pedían elecciones internas fue un baño de agua fría. Para otros, como Garmendia, aporta claridad sobre quienes tomarán las decisiones partidarias. No obstante, algunos aducen que podría tratarse de una injerencia nacional en la interna local.
Sabida es la relación personal de Pablo Walter (cercado a Patricia Bullrich) con Alfaro y, por caso, si bien Marcelo Wechsler no tiene vínculo con el intendente capitalino, se trata de un hombre cercano a Horacio Rodríguez Larreta, quien apoya abiertamente al mandatario municipal.
Más allá de esto, Garmendia remarcó que la intervención era necesaria para evitar una compulsa partidaria en medio de una contienda general, a la vez que trató de bajarle el tono a los posibles efectos de la intervención. “Espero que el PRO no tenga que ser árbitro y que haya un acuerdo entre Germán y Roberto, y que la postura de nuestro partido pase a ser secundaria”, agregó.
Sin embargo, ratificó su rechazo a “la falta de reglas claras para dirimir las candidaturas” y señaló que eso “habla de cierto egoísmo, pero más de incapacidad”. “El espacio esta inmovilizado. No se pudo decidir la fórmula a gobernador y vice, que es lo primero que había que hacer. Ya no hay tiempo de nada, ni para una interna ni para una encuesta, por lo que va a ser arbitraria la elección”, añadió.
Sobre las herramientas propuestas para resolver el brete, consideró que ninguna convencía a ambos sectores, porque “para el radicalismo es muy difícil ganarle una interna a la estructura del PJS” y “las encuestas que llegaron desde Buenos Aires no bastaron”. “Germán se sentía ganador de la interna y Roberto de las encuestas. Y en eso se estuvo todo el año pasado, si internas, si encuestas. Eso habla a las cuentas claras de la mezquindad de la política”, fustigó.
Y en ese sentido, aseguró que una potencial ruptura arriba será una ruptura para todos los partidos. “Eso va a repercutir en el PRO, el PJS y en el radicalismo”, sentenció.