Arte y Cultura

Las artes visuales sobreviven el embate de la postergación y la Pandemia

Por estas fechas, el arte no ha dejado de producir y de generar nuevas propuestas. Prensa Activa entrevistó a un destacado artista del medio con quien reflexionó sobre diversos aspectos del arte sin perder de vista el entono de actual situación, de la provincia y el mundo.

El artista, docente e investigador Bruno Juliano en su mesa de trabajo produciendo.

El artista tucumano Bruno Juliano, antes que nada es un orgullo para Tucumán. Multifacético, inquieto y creativo, desde su irrupción en el medio no ha cesado en generar proyectos interesantes en materia artística, ha ganado premios importantes de alcance nacional y es docente e investigador de la Facultad de Artes y de la Escuela de Bellas Artes de la UNT; es alumno del Doctorado en Humanidades de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, donde desarrolla su tesis sobre arte contemporáneo de Tucumán desde una perspectiva anacrónica, dialéctica y periférica, para lo cual obtuvo una beca doctoral.

Hay quienes hablan de una crisis profunda en el arte en general, y particularmente en las Artes Visuales en estos tiempos de Pandemia. ¿Genera en los artistas el planteo de una necesidad de modificar los códigos para llegar al público? ¿es posible llegar aún en el confinamiento?

Creo que esta situación particular deja al descubierto -no sólo en el ámbito de las artes visuales- un estado previo de desprotección y postergación de los artistas de la provincia, tanto en relación con el público como con las instituciones vinculadas a las prácticas artísticas. En 2011 ensayamos un proyecto de colaboración, encuentro y cooperación con un grupo de artistas que se llamó COO, cooperativa de jóvenes artistas tucumanos[1]. Es provocadora la actualidad del prólogo de Obra social, publicado en 2012 por Ediciones COO, en el cual se vuelcan muchas de las inquietudes que hoy se manifiestan en organizaciones de artistas de Tucumán como en diferentes provincias de Argentina. “Ser artista y/o ocupar un cargo institucional relacionado con las artes en San Miguel de Tucumán es lo mismo en un punto. Ese punto es el contexto y las problemáticas enquistadas en el mismo. Una opción es preguntarse sobre éstas y procurar un nuevo orden que sea beneficioso para todos (no sólo para mí y mis pares), desviciarse. La opción, igual de válida que la primera, es no preguntarse absolutamente nada.”

¿Es posible la creación de espacios virtuales, con recorridos en esos mismos códigos? ¿Se mantiene la calidad de la producción? ¿Se puede recorrer un museo virtual?

En toda traducción se pierde algo de lo primero. En algunos proyectos trabajé justamente sobre la traducción, la cual tiene una doble acepción en el término en inglés translate, que implica tanto traducir como trasladar, mover de un lugar a otro. Estos son dos gestos que están presentes en las producciones artísticas y que se enfatizan y revisan, desde hace ya más de 100 años, el quehacer el artista y el estatuto de la obra. En este sentido, la traducción es parte de la producción. Ahora bien, traducir una obra, un proyecto o una acción a una materialidad virtual por la actual situación de confinamiento implica, siguiendo esta línea de pensamiento, una pérdida. Pero, al mismo tiempo, instaura una nueva posibilidad, al menos de democratización, del acceso a las producciones de arte que todavía hay que explorar.

El Museo nos remite a una idea de perdurabilidad…

Hace unos días miraba imágenes del Sursock Museum destruido por la explosión en el puerto de Beirut. De nuevo está latente la pregunta sobre la materialidad y lo que perdura, sobre la experiencia del cuerpo físico y la relación con las piezas, sobre la posibilidad de los recorridos y las arquitecturas, sobre la conservación y otras cuestiones que fueron revisados por artistas, curadores, investigadores e historiadores. Al mismo tiempo, está latente la urgencia por digitalizar, socializar y democratizar las colecciones de los museos para que sean de libre acceso.

En estos días de aislamiento social preventivo y obligatorio, una experiencia que comentamos fue la importancia de la biblioteca personal, el tener acceso a los libros cuando tuvimos las bibliotecas cerradas, y producir contenidos digitales para socializar ideas o conocimientos. Lo mismo deberíamos preguntarnos sobre las colecciones y las obras de los artistas.

Un aspecto interesante es el recorrido virtual guiado…

Hace unas semanas participé de una visita guiada organizada por el museo Castagnino+Macro de Rosario, a través de un recorrido virtual por el núcleo El fin del mundo comenzó en 2001. Exageración poética o determinismo histórico un Arte Argentino (https://my.matterport.com/show/?m=XUBa6imD519), curado por Clarisa Appendino y Carlos Herrera en el marco de la muestra 100 años en la Colección Castagnino+Macro. De esa muestra formó parte La imagen invisible (concetto spaziale), que ganó el 1º premio del salón en el año 2017. http://castagninomacro.org/page/obras/id/994/title/La-imagen-invisible-%28concetto-spaziale%29, junto a otros artistas como Ana Gallardo, Adrián Villar Rojas, Claudia Del Río, Diego Bianchi, León Ferrari, Leticia El Halli Obeid, Sandro Pereira, que también tienen obra que conforman la colección del museo. El recorrido entonces se vuelve posible, así como la revisión y conversación sobre las obras dispuestas en los pisos recreados virtualmente de la sede contemporánea del macro, que se pueden recorrer y obtener información, enlaces y videos de cada una de ellas. Ahora bien, hay algo de la experiencia del cuerpo que se pierde, algo de la precepción de las piezas, el espacio, sus relaciones, los espacios vacíos del montaje, la incidencia de la luz, el silencio o ruido del ambiente o de algunas de las obras, que conforman la experiencia del recorrido habitual. En Tucumán, la Facultad de Artes desarrolló un museo virtual con una selección de obras digitalizadas de su colección (https://muvifa.github.io/museo/index.html), también el Instituto de Arqueología y Museo de la UNT, que digitalizó las piezas tanto en fotografías como en modelos 3D (http://institutoarqueologiaymuseo.org). Al mismo tiempo, es valioso el trabajo de archivo de proyectos de artistas como Espacio Cripta (http://espaciocripta.com.ar) y Rusia/Galería (http://rusiagaleria.com.ar/)

En este tiempo hubo instancias valiosas en este sentido, de las cuales puedo mencionar el trabajo de FACT (Fundación para el Arte Contemporáneo de Tucumán) (https://www.instagram.com/factfundacion/) y la difusión de sus artistas en redes y medios locales, o la edición curatorial de la serie de textos de artistas en primera persona Uno por uno, curada por Javier Soria Vázquez para la revista Gárgolas (https://revistalasgargolas.com/category/uno-por-uno/)

esta es la obra de Bruno Juliano «La imagen invisible (concetto spaziale)«. Mural. Acción sobre pared con piedras cubiertas con hojas de oro. Primer Premio Adquisición Municipalidad de Rosario en el 69 Salón Nacional de Rosario.

Como artista, sientes proximidad o distancia con respecto al llamado “gran público” ¿Cómo recibe el público las formas expresivas del arte actual, ahora que se ha extendido al manejo del espacio, la arquitectura y los contenidos institucionales del contexto de la obra de arte? Te lo pregunto y pienso en el público demasiado acostumbrado e instalado en la obra de arte decorativa/paisajística, sin menoscabo de ella.

No sé qué implicaría el gran público. Hay una distancia entre el arte contemporáneo y la gente. En este sentido, creo que el arte contemporáneo no debe ser explicado o volverse un contenido didáctico —con la complejidad y especificidad que esto implica—; pero sí revisar la formación artística en general y las experiencias que, desde niños, son posibilitadas. El arte contemporáneo es mucho más cercano a nuestra realidad. Sin embargo —y hago este comentario desde distintas experiencias docentes y cercanías con instituciones educativas públicas y privadas— la concepción acerca de lo artístico está todavía fijada en ideales de belleza o mímesis o realismos o expresionismo o surrealismos, que instauran un preconcepto —o, peor aún, un prejuicio— acerca de lo que se espera que el arte sea. Sobre esto hay mucho escrito, que debería constituirse necesariamente en parte de trayectos educativos no sólo formales sino también en el ámbito de las instituciones vinculadas al arte. Así, el acercamiento a las producciones a partir de una pregunta que haga trabajar a la imagen, a la obra, que se constituya en una experiencia de producción de pensamiento crítico, que entienda al artista como productor de sentidos y a la obra como sintomatología de la cultura, permitirá revisar las producciones artísticas en nuestro territorio.

¿Estás preparando algo?

En estos momentos estoy abocado a la lectura y la escritura.

El joven artista nos aproximó a la posibilidad de recorrer galerías de artes a través de la red.

Finalmente, aunque algunos sostienen que el confinamiento favorece, en la reclusión, al encuentro de los artistas con la obra de arte y genera condiciones optimas para crear, ¿afecta la creatividad o la estimula?

Indudablemente este tiempo se configuró en torno a la pregunta sobre fragilidad y la incertidumbre, en una detención obligada que tiende a la reflexión e introspección sobre lo que sucede, que se naturaliza o se vuelve evidente. Queda la posibilidad de pensar nuevos acercamientos, físicos y simbólicos.


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