Milei, el más «parecido a la gente», reventó a propios y extraños con las listas de famosas y troncos
Sergio «Tronco» Figluliolo tiene todo el derecho de ser elegido. Tanto por Milei como por sus votantes. Tanto él como otras tantas apariciones impactantes no pusieron en crisis a una dirigencia que, por permanecer, permite humillaciones ni a otra que, ya lejos del poder, no toma conciencia que su presencia solo es vista por el niño de sexto sentido.
“Volvé Maxi, te perdonamos”, fue lo primero que apareció en el celular de este cronista apenas amanecía. El mensaje llegó de parte de un miembro estable del Círculo Rojo bonaerense. Maxi es el diminutivo que recibe el senador Maximiliano Abad, ex presidente de la UCR bonaerense. Su partido, por primera vez en la historia política, no presentará candidatos propios en la Provincia y sólo habrá referentes que expresan las distintas corrientes que atraviesan la histórica Unión Cívica Radical.
Sus correligionarios también lo apodaron “el acertijo”, porque siempre le reconocieron su capacidad negociadora y los resultados que para él o los suyos conseguía. Siempre sorprendentes. Esa magia, esta vez, no alcanzó.
Abad es el único de su partido que ha sabido relacionarse con lo más granado de la política provincial y nacional, ausentes todos en la confección de listas y sin incidencia de armados políticos de este año. El único que sobrevivió fue Sergio Massa por su ubicuo lugar entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner. Igualmente, el ex candidato presidencial no mostró tener demasiado interés en inculcarle a sus socios algún gen de futuro.
Si bien la llegada de Javier Milei relativizó todo lo que se suponía correcto o posible en la vida política, la humillación vista en estas listas, al poner a ex vedettes o disruptivos columnistas de radio en lugares de centralidad, les tendría que llamar la atención o, directamente, frenarlos en su creencia de que conducen algo a quienes todavía hoy se ufanan de eso.