Mujeres científicas: las desigualdades en Argentina y en el mundo
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia, se visibiliza la desigualdad y falta de acceso a cargos jerárquicos de las mujeres científicas en el país.
La desigualdad de género es una problemática que abarca todos los terrenos de la economía, cultura, política y ciencia. Sobre este último ámbito, en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia, es importante destacar varios datos que reflejan la desigualdad en los organismos científicos de Argentina y el mundo. Según la UNESCO, en el mundo, sólo 3 de cada 10 investigadores son mujeres.
En Argentina, según un diagnóstico realizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, las mujeres son minoría a medida que avanzan en los escalafones de las carreras de investigación. Soledad Gori es investigadora en CONICET, docente, bióloga y coordinadora del proyecto Ciencia Anti Fake News. Para ella, éste punto es una problemática compleja en el ámbito de la ciencia. «En Argentina hay muchas mujeres en ciencia, sin embargo, hay un efecto tijera: hay menos mujeres a medida que se avanza en los escalafones de la carrera, quizás hay mujeres que no llegan a doctorarse o no continúan. Hay muchas que hacen la carrera de forma más lenta por las tareas que implica ser madres, no hay muchas mujeres que promocionen a la ultima categoría, no porque no se las ganen, sino por las condiciones desiguales. Los cargos jerárquicos la mayoría están ocupados por hombres aún cuando se postulan mujeres. Esto pasa en el mundo también, se han postulado mujeres para investigaciones y quedan autores varones. Evidentemente hay sesgos», explica.
La situación de los becarios en Argentina es compleja. Como no son considerados trabajadores formales, no tienen derechos laborales básicos como aguinaldo o vacaciones pagas. La licencia por maternidad es un derecho conquistado reciente, pero aún no tienen licencia por paternidad para los investigadores. Esta situación se agravó con la pandemia.
«Muchas mujeres no pudieron continuar con los estudios durante la pandemia no sólo por no poder ir al laboratorio, sino también por estar a cargo de las tareas de cuidado y crianza en sus hogares. Con lo cual eran meses y meses de no poder trabajar. Se empezó a evaluar qué hacer y se dieron prorrogas de becas», dice Soledad.
Otra de las cuestiones es la dificultad en el acceso al financiamiento y la participación de mujeres en publicaciones y conferencias internacionales.
«Muchas compañeras reciben los subsidios más pequeños o de menor valor, es un círculo que se va dando. También nos quedamos en las categorías inferiores porque en los cargos más bajos podemos tener más posibilidades de tener las cargas de tareas de cuidado cubiertas. Muchas mujeres no se presentan en charlas internacionales o congresos, porque no lo aceptan y es difícil ocupar esos espacios. Existen muchos estereotipos que nos juegan en contra», analiza.
Este viernes el presidente Alberto Fernández incorporó a 11 científicas al Salón de los Científicos de Casa Rosada. La pelea por el reconocimiento y el apoyo a los trabajos de mujeres científicas continúa, y es parte de la agenda de las mujeres que integran los distintos organismos científicos del país y del mundo.
Fuente : Ambito