Murió Sean Connery, reconocido como el eterno James Bond
El legendario actor británico Sean Connery, conocido sobre todo por sus interpretaciones de James Bond, murió a los 90 años, según informó este sábado su familia a la BBC.
Nacido en Edimbugo (Escocia), en 1930, Connery fue galardonado con los premios más importantes a los que pueda aspirar un actor. Ganó un Oscar, dos premios BAFTA (uno de ellos un BAFTA Academy Fellowship Award) y tres premios Globo de Oro.
Si bien, participó en decenas de películas, el papel que lo hizo mundialmente famoso fue sin duda el de James Bond, que encarnó en siete películas entre 1962 y 1983.
Su prolífica carrera lo llevó a actuar en cintas como «Marnie, Robin y Marian», «The League of Extraordinary Gentlemen», «Indiana Jones y la última cruzada», «La caza del Octubre Rojo», «El hombre que pudo reinar», «El nombre de la Rosa», «Highlander», «Asesinato en el Orient Express», «Dragonheart: corazón de dragón y La Roca».
El escritor y experto en cine Ricardo Silva Romero destacó «la autoridad» que tuvo Connery en todas las películas que hizo.
«Todos sus personajes eran dignos, respetables, sabios, aunque fueran curas o agentes de la ley o seres violentos o profesores cansinos, porque tenía adentro su sentido del humor y su entereza», comenta el autor de «Historia oficial de amor».
De niño Sean Connery bajo de estatura, lo que hacía que nadie se fijara mucho en él, cambió en su adolescencia cuando llegó a los 1,88 metros, época en la que empezó a pensar en la actuación y que lo llevó, incluso, a declinar un contrato en el Manchester United porque su vida deportiva sería corta, mientras que como actor podría trascender.
Y lo logró. El pasado 25 de agosto el carismático actor escocés cumplió 90 años alejado del cine, pero con una extensa carrera, aunque siempre se le recordará por haber sido el primero en dar vida a James Bond, un papel que en la década de los años 60 lo llevó a conquistar la fama.
Tras estrenar La liga de los hombres extraordinarios en 2003, abandonó la gran pantalla y desde entonces residía en Las Bahamas.
Con más de 60 títulos a sus espaldas, el escocés protagonizó sobre el agente secreto más famoso del cine: «Agente 007 contra el Dr. No» (1962), «De Rusia con amor» (1963), «James Bond contra Goldfinger» (1964), «Operación Trueno» (1965), «007: Sólo se vive dos veces» (1967) y «Diamantes para la eternidad» (1971).
El escocés -que nació en un hogar humilde de Edimburgo- cobró unos 40 millones de dólares, una suma que donó enteramente a su fundación, Scottish International Educational Trust, que apoya la educación de niños con pocos recursos.
Pasaría más de una década, hasta que en 1983 aceptara de nuevo interpretar al agente del MI6, creado por el escritor Ian Fleming, en » Nunca digas nunca jamás».
Su carrera continuó imparable hasta que en 1987 su papel en «Los intocables» le valió el Oscar al mejor actor de reparto al que se sumaron dos Baftas y tres Globos de Oro.
También participó en títulos como «Asesinato en el Oriente Express» (1974),» El nombre de la rosa» (1986), «Indiana Jones y la última cruzada» (1989) y «Los vengadores» (1998). Extraordinariamente, en 2012, puso voz al protagonista del filme de animación Sir Billi.
El intérprete siempre mostró públicamente su apoyo social y financiero al Partido Nacionalista Escocés (SNP), defensor de la independencia de Escocia, y cuando fue nombrado caballero por la reina Isabel II en el año 2000, acudió ataviado con la tradicional falda escocesa.
Thomas Sean Connery nació en el barrio edimburgués de Fountainbridge, un origen que siempre tuvo presente y que le llevó a bautizar a su productora como Fountainbridge Films.
Hijo de una mujer dedicada al aseo y de un conductor de camiones, Connery no lo tuvo fácil para empezar en el mundo de la interpretación, pues debió abandonar la escuela a una edad temprana y para dedicarse a hacer diversos trabajos, el primero de ellos como repartidor de leche.
Sirvió un tiempo como soldado en la Royal Navy, de ahí pasó a ser conductor, socorrista, modelo de desnudos para los alumnos de la Escuela de Arte de Edimburgo y hasta ayudó a hacer ataúdes, encargándose de pulirlos.
Connery participó en numerosas obras de teatro, películas y series hasta que su perseverancia se vio recompensada con la propuesta de encarnar a James Bond.