Nos visita un mensajero de la misericordia
Entre los días 2 y 11 de febrero, se encontrará en San Pedro de Colalao el padre Lucas Salcedo, un sacerdote que tiene un envío especial del Papa Francisco para aproximar a los fieles a la Misericordia a través de la Reconciliación.
El padre Lucas Salcedo es un joven sacerdote diocesano de San Nicolás que cumple, voluntariamente, con uno de los más especiales pedidos del Papa Francisco que se centra particularmente en la Misericordia Divina y en su expresión a través del sacramento de la Reconciliación.
Una de las mayores preocupaciones en el pontificado del Papa Francisco es lo que él llama “las periferias existenciales”, esto es, los excluidos geográfica o socialmente, y las que no son comprendidos en los beneficios del desarrollo social. La misión del padre Lucas se concentra en esta idea.
En un agradable encuentro que compartió con Prensa Activa Digital, pudimos notar que es sumamente afable y que tiene un estimulante aire juvenil. Con su largo cabello rubio, vestido con informalidad y sencillez, habla con fluidez y simpatía y tiene una gran facilidad para sonreír o para ponerse serio. Con mucho de poeta, es también músico, aunque ya no tiene, como antes, el tiempo suficiente para dedicarse al piano, siempre encuentra el momento para crear y disfrutar a través de la música. Conversar con él es una experiencia enriquecedora y agradable por cuanto, su sencillez y humildad generan un clima de encuentro y enorme sinceridad, y es por eso que este diálogo se desarrolló de manera afable y natural.
¿En qué consiste la misión que desarrollará en nuestra Provincia?
Yo soy misionero de la Misericordia. El año 2016 fue el Año de la misericordia, y el Papa Francisco, como signo, quiso designar a algunos sacerdotes en el mundo que se quisieran dedicar especialmente a la Reconciliación y a la Misión, en relación a la Misericordia. Me anoté, me aceptaron, fui a Roma, me recibieron, y recibí del Papa el envío especial, un envío para recorrer y para confesar. En ese Año de la Misericordia lo que yo hacía era que, a donde me llamaran a confesar, iba, predicando en un Retiro o una obra de Misericordia, pero de manera especial, visitaba santuarios, fiestas populares, o fiestas de la Virgen, como en este caso que participo confesando durante toda la Novena y la Fiesta, y luego paso a otro lugar.
¿Ese es el motivo de su presencia en nuestra provincia?
Yo vengo a misionar en la fiesta de Lourdes de San Pedro de Colalao, esta es la primera salida que tengo desde que arrancó la Pandemia, y justamente, también fue el último servicio misionero que tuve el año pasado, también en la misma fiesta de Lourdes en San Pedro.
¿Pero el Papa lo instituyó de alguna manera?
No se trata de una congregación ni institución, es un envío. Se hizo para ese Año de la Misericordia (2016), pero cuando culminó, el Papa quiso seguir con el envío, por eso es una misión y yo sigo misionando.
Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, México son algunos de los lugares que el padre Lucas ha recorrido.
¿Hay una intención especial de la Iglesia, con este envío, de re aproximar a la gente al sacramento de la Reconciliación?
Esencialmente, lo que el Papa quiso con lo del Año de la Misericordia, fue poner nuevamente en el centro lo esencial de la Iglesia que es la vida pastoral que, sin la Misericordia no tiene sentido, la idea es volver a eso. El tema tiene muchas expresiones, por un lado las obras concretas de Misericordia y de manera particular, como Sacramento, la Reconciliación que tiene una riqueza única. Quizá en muchos lugares la Reconciliación no tenga mucha fuerza como práctica ritual, y en otros lugares, quizás, la práctica pastoral del sacerdote hace que no alcancen sacerdotes para confesar.
¿Como se incorpora a la fiesta de la Virgen de Lourdes en San Pedro?
Respondiendo a la invitación del párroco. El año pasado ya participé y confesé a mucha gente.
La música y la poesía son dos actividades que lo han acompañado siempre.
Si, tanto la música como la poesía me han acompañado toda mi vida. No me considero profesional, pero creo que tiene mucho que ver con esto de escuchar, escuchar a los demás. Tanto el músico como el poeta escucha siempre, por eso creo que además de ser un don es un aprendizaje, el llamado “aprender a escuchar”.
Tengo algunas obras, pero no están difundidas. En estos últimos años en el sur, en la Patagonia, el año pasado específicamente, estuve en un aniversario, los 500 años de la primera misa en suelo argentino. Fue algo que pasó un poco desapercibido por el tema de la Pandemia; fui invitado a dar una charla sobre la Pastoral Litúrgica en relación a la Música y surgió espontáneamente que ahí compuse el “Himno de los 500 años de la primera Misa”. Allí me puse en contacto con una banda llamada Filocalia y con ellos hicimos el himno.
Quienes quieran pueden escucharlo a través de este link.
¿Cómo obra la Misericordia de Dios en las personas?
Misericordia viene de Cordis, que significa corazón, y miserere que es miseria. Es el corazón de Dios que se posa en nuestra miseria. Es un amor muy especial que, frente a las miserias del otro, no lo rechaza ni se escapa, sino que la hace propia, la toma. Esa es la experiencia de muchos jóvenes que, frente a su fragilidad por sus miserias, se puedan sentir amados. Cuando ellos comparten su dolor, su fragilidad, su miseria, logran sentirse amados por Jesús, por la Iglesia, y ahí tienen la experiencia de Misericordia. El sacramento tiene esa potestad de Dios de tener esa experiencia de abrir el corazón y aún y cuando lo que se esté padeciendo sea algo muy terrible, muy doloroso, tiene el poder para sanarlo y para poder volver a El.
Y desde su sacerdocio ¿Cómo ve a la juventud?
Me cuesta mucho el tema de la juventud, porque he estado viajando, no solo en el Norte, estuve también en la Patagonia, estuve en el Centro y en el Norte del País, en Bolivia, y se nota que la juventud tiene distintos comportamientos; no es lo mismo un joven andino que otro que está en Copacabana, o un muchacho de una villa de Tucumán a otro de Buenos Aires, o alguien de La pampa. Lo que tiene es que ahora están conectados; yo, que tengo 43 años, es algo que me cuesta ver y entender, es una generación nueva que no sé como ve su espiritualidad, su relación con el mundo, la virtualidad tiene una presencia tal que no sé si tienen una distinción de lo que los más adultos llamamos el mundo real. Eso que se llama virtual, pareciera que es lo real, aunque aún hay que esperar, no está claro.
Cuando finalice la Pandemia, ¿todo va a cambiar?
No lo sé. En el pasado no ocurrió cuando hubo pandemias. Todo dependerá de la conciencia individual. Y si quieren cambiar su mundo espiritual y si no cambian todo permanecerá igual.
Creo que es una gran oportunidad de espiritualizar que algunos aprovecharán y otros no. En un momento, conversando con amigos, en el momento del “parate” en la Pandemia, estaba buscando qué cosas hacer y mi mirada era totalmente distinta porque justamente pensaba, esta es la oportunidad histórica que tenemos de parar, no hay que hacer nada más, hay que parar, yo prefiero parar y me parece que el mundo tiene que parar, si los demás quieren seguir haciendo cosas, sigan haciendo, yo quiero parar, es como que hay diferentes miradas, pero va a quedar un hueco de despedida de las personas que tienen más de 60 y que se han ido durante la Pandemia, y siento que ese hueco es lo más cercano que hoy tenemos todos, ese vacío que están dejando.
¿Querría dejar un mensaje para los tucumanos que irán a San Pedro?
La festividad se extiende entre los días 2 y 11 de febrero, se que mucha gente que no va a poder estar este año, se puede seguir a través de los medios, porque habrá producción virtual para que todos puedan estar conectados, porque justamente la Virgen de Lourdes es patrona de los enfermos así que quién más adecuado para ponernos en sus manos, rezar esta Novena, para confiar nuestra salud y la de la familia, y los que puedan movilizarse habrá mismas, confesiones, celebraciones mínimas para ofrecerle este momento tan difícil.