Nueve disparos, un vientre subrogado y un manto de misterio: el brutal femicidio de una brasileña en Bariloche
El sendero que conduce al mirador del Lago Escondido de Bariloche, visitado día a día por decenas de personas y a metros del hotel Llao Llao, se tiñó de horror en la medianoche del 16 de febrero del año pasado. Eduarda Santos de Almeida (26) fue asesinada allí de nueve disparos. Tenía 26 años, era brasileña y unas semanas antes se había instalado en la ciudad con su beba recién nacida.
Convivía con Fernando Alves Ferreira, también brasileño, que fue capturado a las pocas horas y confesó la autoría del hecho. Durante la audiencia de formulación de cargos, dos días después, el hombre interrumpió la exposición de los representantes del Ministerio Público Fiscal, y ante la mirada atónita de su defensor oficial, dijo: “Yo me declaro culpable por la muerte de Eduarda. Soy el responsable. ¿Me arrepiento de haber asesinado a alguien? Claro que sí”.
Todavía reinaba la conmoción por uno de los crímenes más aberrantes que se recuerden en la zona. Desde entonces, Alves Ferreira cumple prisión preventiva en el penal de Bariloche. La última novedad es que el caso se dirimirá en un juicio por jurados. La fecha será fijada por la Oficina Judicial de la Tercera Circunscripción: se prevé que sea tras la feria judicial de julio.
No está claro qué tipo de vínculo unía a Santos con Alves Ferreira. Se sabe que el imputado se casó con un hombre en Brasil y tuvo mellizos -hoy tienen 3 años- con su marido a través del vientre subrogado de la víctima. Se cree que en esta cuestión subyace el móvil -hasta el momento no revelado- del crimen.
La pareja de Alves Ferreira murió de covid en 2021, según confiaron fuentes del caso a TN. La relación del acusado con la víctima, sin embargo, continuó. Los fiscales Gerardo Lezama y Martín Lozada determinaron que hubo violencia de género: según ellos, el hombre trataba a Eduarda como un objeto y la sometió a violencia psicológica y económica durante el tiempo de convivencia.
La joven había llegado sola desde Brasil con su beba: no tenía familia, amistades ni trabajo. Los medios para su subsistencia dependían exclusivamente de Alves Ferreira, tal y como reflejaron los representantes de la acusación. Esa soledad quedó de manifiesto una vez que el hecho llegó a la Justicia: en la causa no hay parte querellante, aunque desde el MPF aclaran: “Nos hemos mantenido en contacto con allegados a la víctima en Brasil”.
“Eduarda estaba involucrada con narcos, mi vida estaba en peligro”
Eduarda ya no puede contar su verdad. Alves Ferreira, por su lado, ofreció una versión que no convenció a los investigadores. “Cuestiones de narcos y todo lo que saben ustedes. Eduarda estaba involucrada en eso. Perdón, pero estaba en peligro y mi vida viene primero que la de los demás”, dijo.
“Lo que se necesita confirmar son las circunstancias de tiempo, el modo y el lugar. Aunque creemos que algunos detalles del móvil van a salir a la luz durante el juicio, no modifican de ninguna manera las teorías sobre el caso”, señalaron desde el Ministerio Público a TN. Alves Ferreira enfrenta una condena a prisión perpetua por “homicidio triplemente calificado por alevosía, por haber sido perpetrado por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio) y mediante el empleo de un arma de fuego”.
Durante una audiencia realizada el 14 de abril, el acusado declaró autopercibirse como mujer. Pidió que dejaran de llamarlo Fernando y que se lo mencionara con el nombre de Amanda. Su defensa, a cargo de Nelson Vigueras, reclamó que se le quite el agravante del femicidio, dado que de esta manera no podría considerarse que se trató de un crimen cometido por un hombre en perjuicio de una mujer. El juez Juan Martín Arroyo desestimó el planteo.
“Eduarda no era sumisa, sino todo lo contrario. Yo me quedé viudo y la violencia que sufríamos en la casa a partir de su llegada era constante. Mi prioridad eran mis hijos. Volver a Brasil no era una opción”, fue otra de las declaraciones de Ferreira durante la etapa de instrucción. El hombre pidió que los mellizos quedaran a cargo de una excuñada, hermana de su fallecido esposo. Según pudo saber TN, la beba de la víctima vive hoy en Brasil con un tío.
El crimen de Eduarda Santos fue descubierto el 16 de febrero de 2022, pasadas las 9, junto al Lago Escondido de Circuito Chico, a pocos metros de la ruta provincial 77 y en cercanías de Puerto Pañuelo, frente al hotel Llao Llao.
Según la acusación, Alves Ferreira salió junto a la víctima de la casa que ocupaban a la altura del kilómetro 25 de la Avenida Bustillo. Se cree que tuvieron una fuerte discusión y que Eduarda intentó escapar al ver su vida en peligro. Luego de perseguirla a través del sendero, el hombre la acribilló con un arma de fuego calibre 357, que luego descartó. Los mellizos y la beba habían quedado en el auto.
Fuente: TN