Pide Justicia para su sobrina

Carta abierta a los vecinos de Tucumán.

Se trata de la hermana del padre de la niña que se suicidó cansado de las injusticias y para que su hija sea escuchada por los maltratos que sufre por parte de su progenitora. Marta escribió una carta a abierta al pueblo tucumano.

«Hace unas semanas aproximadamente, La Paz relativa de la provincia se ha roto. Cientos de voces piden que la justicia oiga a una bebe. De que locura se trata? Se trata del derecho de los que no pueden pedir por sus derechos pero sufren.
Entre todas las voces hay una que se escucha sobre las demás, una voz que no calla a pesar de las presiones, políticas, policiales, judiciales, y mafiosas. María marta Ferro, Ella es la tía de la bebe, y es la hermana de un hombre, que al quedar atrapado en un laberinto jurídico . Sospechando que era cuidada por la progenitora con negligencia y violencia los Por quienes debían velar por ella SU MADRE ! Pidió, grito, luchó… pero no había resultado… que es capaz de hacer un padre por su hija? Cómo decirle al mundo que hay una niña que sufre y nadie la escucha? Que hacer para que nadie dude que no es por el, ni para el.
Decidió quitarse la vida. No para abandonar la lucha, sino para patear el tablero y así lograr que alguien escuche a la bebe.
María marta se enteró lo sucedido se tomó un avión inmediatamente, teniendo la esperanza que solo sea una pesadilla, que se encontraría con su hermano y le hiciera una de sus bromas de mal gusto. Un chico hermoso fuerte y valiente, amigo de todos, campeón de moto. Lo tenía todo, todo menos PAZ cansado de denuncias falsas por parte de la progenitora. María marta es una. Mujer común, una tucumana pequeñita de ojos negros. La conocía hace más de 15 años en una comunidad terapéutica de adicciones, le interesaba aprender todo sobre las adicciones para poder ayudar… la vi cocinando, barriendo, acompañando, bañando chicos y chicas que luego de años tirados en la calle con el consumo de Paco, parecían muertos vivos, lastimados,sucios, flacos, violentos… ni sus madres los recibían. Allí ella con su paciencia, cuidando a los que nadie quiere, no le alcanzaba por eso armo una fundación. En una casa hermosa, con pileta, con caballos, buena comida, profesionales excelentes, un lugar sin violencia, sin humillación, con amor y paciencia . Comenzó a sacar hombres y mujeres de la droga. Martes reunida con funcionarios, miércoles con las familias, viernes llendo al mercado central para que le den la verdura aún fresca para que sus chicos tengan las vitaminas, y carne para que repongan sus proteínas. Leche para sus dientes.
Pero ojo, quieren encontrar un malo hagan enojar a un bueno. Y es así que ahora la misma señora suave que conoci, quiere justicia para su hermano, quiere justicia, para su sobrina.
Y por mi parte creo absolutamente que si hay justicia en este mundo es ella, quien debe cuidar a la niña. Para que la pueda criar con amor y respeto. Esa es la manera de escuchar a la bebe’.

Dr. Adrian Bergstein
Medico psquiatra

MP. 109248