Qué es el balotaje, cómo funciona y cuándo es
Se trata de una segunda vuelta electoral o de un “mano a mano” entre las 2 fórmulas más votadas para definir al presidente. Este año tendrá lugar el 19 de noviembre. Solo ha ocurrido una vez en la historia argentina.

Los resultados de las elecciones generales del 22 de octubre muestran que ninguno de los candidatos presidenciales consiguió el porcentaje definido por la Constitución nacional para ganar en primer vuelta; por eso se realizará una segunda vuelta o un “balotaje” para definir al presidente. Este “mano a mano” entre las 2 fórmulas más votadas será entre Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza). Hasta el momento, la instancia de balotaje había sucedido por primera y única vez en 2015, cuando se enfrentaron Mauricio Macri (Cambiemos) y Daniel Scioli (Frente para la Victoria).
Los artículos 97 y 98 de la Constitución establecen que un presidente asume su cargo cuando su fórmula ha obtenido más del 45% de los votos afirmativos o por lo menos el 40% de los votos y una diferencia porcentual mayor a 10 puntos con respecto a la fórmula que le sigue en cantidad de votos.
Como ninguna de las 2 condiciones que se detallaron arriba se cumple, ahí aparece la segunda vuelta, que deberá ocurrir en los próximos 30 días a partir de la última elección, de acuerdo con el artículo 96 de la Carta Magna. Deberán participar en esta instancia las 2 fórmulas a Presidente y Vicepresidente más votadas en una primera elección y resultará electa aquella que obtenga la mayor cantidad de votos afirmativos válidamente emitidos (artículo 151 de la Ley 24.444).
Entonces, la segunda vuelta electoral en las Elecciones de 2023 está estipulada, según los plazos de la Cámara Nacional Electoral, para el domingo 19 de noviembre.
En la historia argentina la primera y única vez que se realizó un balotaje en una elección nacional fue en 2015, cuando Macri (51,34%) le ganó a Scioli (48,66%) por casi 700 mil votos.
En 1973, en la elección entre Héctor Cámpora (Partido Justicialista) y Ricardo Balbín (Unión Cívica Radical), debería haberse producido una segunda vuelta ya que, según la ley de la época, si ninguno obtenía más del 50% debía haber una segunda vuelta, pero Balbín renunció al balotaje luego de que Cámpora obtuviese el 46,5%. Lo mismo pasó en 2003, cuando la fórmula encabezada por Carlos Menem (PJ) declinó participar de la segunda vuelta, por lo que se proclamó electo presidente a Néstor Kirchner (PJ).