River: triunfazo ante Fluminense y a otra victoria de los octavos

Con goles de Beltrán y Barco, de penal, logró imponerse ante los brasileños: con una victoria frente a The Strongest estará en octavos de final.
River se mantiene con esperanzas en la Copa Libertadores. River tiene -al menos- un capítulo más para escribir en esta bendita Copa Libertadores, que lo está haciendo sufrir hasta el límite y le adelantó la final que se jugará el 4 de noviembre en Río de Janeiro a este miércoles a la noche. Sí, el equipo de Demichelis entendió que el partido con Fluminense era definitorio y lo disputó así, como la ocasión merecía: presencia, dominio prácticamente total, juego, presión y mucho corazón para reducir a los brasileños a una versión que no se asemejó ni por asomo a esa arrolladora del Maracaná.
La virtud de River pasó por jugar con el empuje de su gente (primera vez en el Monumental con 86.000 hinchas, récord en la historia del club) y no a su ritmo: si bien en varios tramos del partido careció de lucidez para terminar las jugadas, lo cierto es que se plantó en campo adversario y no dejó salir al Flu casi en ningún momento, haciéndolo defender a veces hasta con sus 11 jugadores. Con los laterales constantemente en ataque, optó por muchos centros al área y apostar a ganar la segunda pelota, con una presión que realmente asfixió a los volantes rivales y los anuló (la recuperación alta le ahorró la gestación en algunos momentos).
Ahí es donde estuvo la buena mano de Demichelis: la inclusión de Solari en el equipo no solo le dio más verticalidad y uno contra uno, sino que también fue determinante para perforar constantemente por esa banda, donde faltó Marcelo y Guga estuvo muy flojo.
El tema radicaba en trasladar esa posesión en 3/4 a ocasiones nítidas de gol, algo que River pudo hacer pocas veces pero con bastante eficiencia: las veces que no terminó con remates desde afuera (y afuera: apenas cinco de los 23 fueron al arco), llevó peligro. No por nada abrió el marcador en la única ocasión que agarró mal parado a Fluminense (Solari tuvo la lucidez que el equipo no había tenido en el primer tiempo para asistir a Beltrán).
Claro que el rival también jugó y complicó, fundamentalmente agarrando mal parado a los de Micho cuando salían a presionar alto y no surtía efecto (sintió la ausencia de un 5 natural). Pero en ese trabajo sucio fue donde se destacaron las presencias de un Aliendro que vive su mejor momento en el club y se adaptó a una posición que no es la suya, cortando mucho, jugando y mandando a sus compañeros para adelante; un De la Cruz que nuevamente volvió a ser el motor espiritual y anímico; y Beltrán, el goleador que se vistió de Julián y se cansó de correr.
Sí, River lo jugó como una final y vive en la Copa Libertadores, el gran sueño…
Fuente: Ole