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Rocío Quiroz llegó al «Cantando» y sorprendió gratamente al jurado

La joven cantante estuvo en la pista para acompañar a Claribel Medina y su hija Agostina Alarcón y antes de la actuación memorable con «Santo, Santo», de Gloria Estefan, sorprendió a todos con una tremenda interpretación a capella de «Garganta con arena». 

Oriundade San Miguel, de padres vendedores ambulantes y hermanos numerosos, Rocío Quiroz es hoy la estrella de la familia. La que pudo llegar. Llegó a la televisión gracias al programa Pasión de Sábado; y a la popularidad, con canciones de cumbia como “¿Quién la juna?” y “Amor de la Salada”. Sin embargo, Rocío tuvo que enfrentar situaciones límites a lo largo de toda su vida. Quizás por eso disfruta aún más del gran presente artístico.

Sobre sus inicios comenta: En «Pasión canta«, en 2012, «gané un concurso donde había 700 participantes, y yo era la número 11. Habíamos ido temprano con mis viejos y nada, muchos nervios: era la primera vez que iba a un casting, entré y canté dos temas a capella. “No me van a llamar”, le decía a mi mamá. “No me van a llamar”. Pasó más o menos un mes, me llaman y me dicen que había quedado adentro del casting, y que me tienen que presentar».

Cuando les digo a mi mamá y a mi papá que quedé, que me llamaron, que me tenía que presentar. Mi viejo va afuera y les avisa a mis primos, a mis tíos, al vecino, en todos lados. Y nada, ahí empezó todo».

«Yo quería que la gente me conozca. Canto desde los 6 años, de muy chica, pero nunca tuve la oportunidad de salir en un canal de tele como «Pasión de sábado«, que lo ve todo el mundo. Y yo le decía a mi papá: «Algún día voy a estar en ese canal, algún día voy a estar ahí». No me gustaba ir a presentarme a los casting porque no me gustaba que haya jurados que me digan las cosas».

La joven orgullosa cuenta que sus padres «son vendedores ambulantes: mi viejo vende huevos, sale de botellero, o en el verano vende sandía, melón. Mis hermanos tienen una verdulería, mi hermana también tiene verdulería, debajo de mi casa».

La fama le llegó en un momento especial, pero lo tomó con calma. «Lo tomo bien, bastante tranquila, porque cuando uno sabe lo que quiere como que no hay nada de otra cosa que quieras hacer. Me gusta ir, presentarme en distintos shows, cambiar el orden de los temas, me gusta que la gente me escuche, que cante mis temas y que cada vez tenga más seguidores. Eso está bueno porque nunca me olvido que estoy donde estoy gracias a la gente, porque ellos fueron los que llamaron, los que mandaron mensajes, y eso hay que recordarlo siempre».

Hace años atrás sufrió violencia de género. Fue una etapa dolorosa. «No te voy a decir que ya estoy sanada porque no es así. Contarlo es como volver a recordar todo lo que pasaste. Pero está bueno porque la gente te escucha, te ve, y por ahí hay muchas mujeres que están sufriendo violencia de género hoy en día, y están muy avanzadas, y por ahí un cachetazo o un insulto ya tenés que pararlo, no tenés que quedarte callada ni nada de eso. Yo me quedé callada porque bueno, tengo 10 hermanos; imaginate, si yo iba y les contaba a mis 10 hermanos lo que viví iba a ser un desastre. Preferí quedarme callada. Sí me vieron mis viejos: mi viejo me dijo que saliera adelante y yo salí por él, y por la gente que me ayudó también».

No, de ahí ya está. Se terminó todo. No… no podía… Muchas chicas me escriben y me dicen: “Mirá, mi novio me pegó o mi marido me pegó, y no sé cómo enfrentar la realidad, no sé cómo hacer, no sé a quién pedirle ayuda”. Y yo les digo que se puede salir, porque uno por ahí piensa que es el amor de tu vida, que te pega una vez y te dice: “Perdoname, me equivoqué, no fue queriendo”, y después te vuelve a hacer lo mismo. O sea, hay que poner un punto final. Poder decir basta.

En pleno ascenso. Rocío viene de un hogar muy humilde y se hizo famosa.

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