Salud y Bienestar
La Salud es un estado de equilibrio que puede ser visto:
a nivel subjetivo, ya que una persona asume como aceptable el estado general en el que se encuentra o a nivel objetivo, constatándose la ausencia de enfermedades o de factores dañinos en el sujeto en cuestión.
Las personas somos una unidad de Cuerpo, Mente y Espíritu y todo aquello que repercuta ya sea negativa o positivamente sobre cualquiera de estas tres cosas también influye de igual manera sobre las otras dos. Con respecto a nuestro estado de salud hoy sabemos que primero hay un desequilibrio a nivel espiritual que luego se hace visible en nuestro cuerpo el cual reacciona de tal manera que enfermamos conformando síntomas y signos característicos. La tecnología ayuda en éste campo gracias a la Cámara Kirlian, ideada en Rusia, donde con ella se puede ver el aura humano apoyando la palma de la mano y esa energía que hay alrededor de nuestro cuerpo físico tiene determinadas características de color cuando estamos saludables pero esa coloración varía mucho tiempo antes que suframos de una enfermedad, podríamos decir que podemos visualizar con anticipación lo que nos sucederá. Podemos decir, sin temor a equivocarnos que el ser humano recorre distintas etapas en cuanto a su salud durante su vida, se alternan períodos de casi completa salud y bienestar con otros de enfermedad y sufrimiento corporal y psicológico y de hecho es durante las primeras etapas de nuestro recorrido cuando estamos en plenitud siendo considerados los 25 años la edad en que pasamos por nuestro mejor momento de vigor físico, capacidad mental y espiritual, aunque también hacemos altibajos. Como vemos en la línea de tiempo no siempre somos felices totalmente o infelices en un estado de absolutismo utópico.
¿Se puede medir la Felicidad?
La Felicidad es el estado contrario del Distrés el cual supone sufrimiento. Muchas personas dirán que NO pero lo cierto es que la Felicidad existe y se puede medir, médicamente se llama Bienestar Subjetivo Percibido (BSP) y en todo el mundo puede medirse. ¿Cómo lo hacemos? Cada persona tiene distintas condiciones de bienestar de acuerdo a su calidad de vida, no a su nivel de vida ya que esto supone tener una posición económica privilegiada en tanto que la calidad de vida es cuánto disfrutamos de lo que tenemos. El nivel de vida es una posesión pero la calidad es una diferencia entre la expectativa, sobre determinadas variables, y la realidad vivencial. Si la diferencia entre la expectativa y la realidad vivencial es grande entonces esa diferencia marca una baja calidad de vida. Para decirlo de una manera más comprensible la Calidad de Vida es cuán contenta está una persona con su realidad vivencial. En términos generales las personas más felices son alrededor de los 20 años porque a esa edad hay un futuro, hay sueños, muchas cordadas por construir y después viene la realidad. Entre los 40 y 50 años se complica la situación porque comenzamos a cuestionarnos, razonamos más, etc. Las cosas comienzan a mejorar de manera tal que el bienestar puede estar entre los 60 y 70 años porque en ese periodo es cuando valoramos lo que tenemos, no queremos tener más, nos alcanza con los amigos que ya tenemos y la expectativa de vida es otra, se vive plenamente el tiempo presente. La vida es un proyecto y una construcción. La medición de la Felicidad nos da como resultado que es a los 20 y a los 60 años cuando más felices somos. A los 60 años, como dijimos, se ven las cosas distintas, se comienza a valorar lo que se tiene, lo que a uno le queda, el tiempo presente. En una palabra empieza a aparecer la perspectiva de un fin y por lo tanto la vivencia del momento presente. Concluyendo, entre los 40 y 50 años razonamos mucho en tanto que a los 60 sentimos más, juegan más la emoción y los sentimientos. No somos seres racionales, somos seres emocionales que razonamos.
Fuente: Cecilia Carrizo El Alí ( colaboradora sección Belleza y estética PAD )