Tucumán es fiel a Ceferino Namuncurá y celebra su natalicio
Nació en un pueblo de la provincia de Río Negro, y era perteneciente, por origen, a la nación mapuche, heredó el nombre de su padre como apellido: Namuncurá, del mapudungun que significa: “pie de piedra” (namun, pie, y curá, piedra) que indica firmeza o decisión. Se llama Ceferino, o más bien el beato Ceferino Namuncurá, santo de devoción popular en nuestro país, acaso uno de los más queridos desde mediados del siglo XX, que fue beatificado en el siglo XXI, más exactamente en 2007, por el papa Benedicto XVI.

Ceferino nació el 26 de agosto de 1886 y es por eso que hoy celebramos su natalicio.
En 1887, al año de edad, Ceferino se salvó de perecer ahogado en el Río Negro, mientras jugaba en sus orillas. Ese mismo año, el 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, fue bautizado por el misionero salesiano padre Domingo Milanesio, evangelizador de los pueblos originarios. A los 11 años, le pidió a este salesiano que lo llevara a estudiar para luego regresar y así poder enseñar a los de su pueblo. Viajó a Roma para estudiar, pero la tuberculosis se lo llevó en 1905, y falleció dejando en su vida tal testimonio de fe y de virtudes en grado heroico, que al poco tiempo se hablaba ya de milagros y gracias concedidas por el joven salesiano.
En toda la geografía argentina, de norte a sur, Ceferino tiene devotos que saben que un favor pedido es favor concedido, porque así funciona el poder de la fe. Hoy, los cristianos católicos saben que el beato Ceferino está cada día más cerca de la declaración de santidad, pero quizás no sea lo que importa, lo que en cambio es esencial, es su presencia icónica en el pueblo argentino, al ser un santo popular y al provenir de nuestros pueblos originarios.
En Tucumán, Maura Márquez, o Mauri como la llaman todos, tiene una increíble historia vinculada al beato Ceferino Namuncurá, y con tenacidad y una fervorosa voluntad erigió una gruta en la localidad de San Pablo que, día a día, se va convirtiendo en un centro de peregrinación popular.
“Yo puedo decir que toda mi vida fui devota de Ceferino porque mi madre era devota y desde muy chica me acercó a la vida de él. Hoy me doy cuenta que cada acontecimiento importante de mi vida fue impulsado por él. Cuando era joven, por ejemplo, le hice un pedido porque yo quería tener una familia y al poco tiempo conocí a quien es hoy mi esposo, con quien formé esa familia que quería y hoy tengo tres hijos, o más bien, cuatro, porque para mí él es como un hijo más, porque así lo siento de presente. Más adelante le pedí ‘Ceferino, quiero tener mi casa’, y a la brevedad pude tener mi casa, y yo le dije, ahora “yo te debo la tuya”. Y es así como surgió la idea de hacer la gruta”, nos cuenta emocionada.
La gruta queda en San Pablo, muy cerca de la Comisaría, y año a año se está convirtiendo en un lugar de peregrinación para fieles que son devotos de Ceferino.
«En el año 2007, con la gente del María Auxiliadora pude viajar y estar presente en Chimpay, provincia de Rio Negro para la proclamación solemne de su beatificación por el Papa Benedicto XVI. Mi intención era construir la gruta en las ochavas, pero, finalmente obtuvimos el terreno que tenemos hoy porque no podíamos fallarle. El propio padre Ricardo Noceti, el historiador que más ha indagado sobre su biografía, vino a entronizar y a bendecir esta gruta. Por eso todos los años el 26 de agosto es una fiesta más que importante, una verdadera celebración, y un lugar de peregrinaje para todos los que quieren pedir una gracia, o agradecer un favor recibido, aunque, lógicamente, tal como están las cosas, y con todos los problemas por los que estamos pasando, este año no podremos hacer una celebración, a pesar de que es un lugar abierto al aire libre, debemos tomar precauciones”, manifestó.

Sin embargo, esta será una noche especial porque todos los años, el grupo de devotos hace una ceremonia singular en la que se expresa su fe.
“Todos los años, el día 25, a la noche, hacemos una fogata en la que, en un papel, hacemos todos los pedidos de los fieles y ponemos allí nuestra fe y la esperanza que nos será concedida la gracia. Ceferino siempre concede todos los pedidos que salen desde el corazón”.
Maury recomienda a los interesados que quieran aproximarse a través de las redes «que pueden visitar la página de Facebook “Tucumán con Ceferino Namuncurá”, en donde pueden encontrar información y datos sobre la Gruta en San Pablo para quienes deseen aproximarse más adelante, personal,mente en San Pablo, en cuanto esto sea posible.

El salesiano hermano Germán Díaz nos aportó también, datos más que interesantes sobre esta importante fecha.
“Este año 2020, se hará celebraciones a nivel mundial y eso implica, obviamente, también a nivel nacional. Recordemos que todo lo que es la inspectoría salesiana del sur se llama, precisamente, Inspectoría Salesiana ‘Ceferino Namuncurá’. En cuanto a la causa de su santificación hay que decir que no está detenida ni nada parecido, al contrario, está siempre activa y vigente, lo que pasa es que se trata de procesos largos que debe ser visado por juntas médicas, etc., y eso lleva su tiempo, además de no ser muy fácil la clasificación de los milagros. Yo creo que el Papa Francisco tiene una predisposición muy especial hacia los santos muy cercanos a la gente, además proviene de un pueblo originario, así que estoy seguro que es visto con simpatía por el Papa, pero debemos ser pacientes porque estos procesos son cautos y demandan paciencia”, explicó el religioso.
“Quiero decir que la vida de Ceferino Namuncurá es muy inspiradora. Podríamos compararlo con la vida de cualquier joven, o adolescente que, de alguna manera, tenía todo en su contra pero que supo salir adelante. Ser un niño de pueblo originario lo ubicaba dentro de otro paradigma diferente dentro de los otros niños que eran descendientes de europeos quienes tenían en sus manos el sistema educativo” explicó.

“Además, está el contexto histórico, fue durante la presidencia de Roca, quien doblegaba a los originarios de entonces para ocupar las tierras y que mapuches y araucanos se oponían. Entonces fue algo muy duro, una lucha sangrienta y muy difícil. Los salesianos, enviados por Don Bosco participaron, tuvieron un lugar en esta confrontación, pero con la misión de proteger a los originarios; no una lucha en el mismo sentido de la de Roca, sino en un sentido educativo, podríamos decir, que con mucha astucia, dialogaron para hacerles saber que la otra alternativa al exterminio era dar paso a las escuelas, los centros educativos y que pudieran ser parte e ingresar a la nueva estructuración que iba a tener este territorio, y así los salesianos fueron los misioneros del sur argentino. Y es en este contexto complejo en donde nace Ceferino, el hijo del cacique”.
De acuerdo al relato del hermano Germán, Ceferino llega a los salesianos en esta tarea salesiana de misionar en el sur cuando el Cacique Calfulcurá comprendió que nada podría hacerse para seguir en el orden anterior, quiso para su hijo una educación y una oportunidad para integrarse al nuevo orden, poniéndolo a la custodia de los salesianos. Es así como tuvo acceso a las instituciones educativas más importantes del país y del mundo de ese momento. “Ceferino se adaptó porque, lógicamente, tuvo sus problemas, pero era un chico con una voluntad y con una resiliencia para salir adelante, increíbles y muy admirable. Y es así que empezó a ser el mejor en caligrafía, el mejor en lectura, el mejor de la clase. Tenía una letra perfecta, escribía unas cartas maravillosas”, explicó.
Un día Ceferino cantó mejor que Gardel
Hasta hay una anécdota curiosa, se decía que fue compañero de Carlos Gardel y que un día hasta cantó mejor que él.

“Así es, y se decía además que Ceferino salió primero en un concurso de canto y que Gardel salió segundo; y lo que es importante de la anécdota es que se ve en ella la ductilidad que tenía. Él era un muy buen compañero porque quería imitar a Domingo Savio uno de los santos más jóvenes de la historia de la iglesia y, terminó adquiriendo una de las enfermedades de los blancos, la tuberculosis. Enfermo y todo el quería continuar sus estudios, porque había comprendido que la lucha por su pueblo debía continuar, pero a través de los estudios y lograr las mejoras y posibilidades, porque entendía que la nueva lucha era a través de la educación. Con ese deseo fue a Europa para hacérselo saber al Papa y a los salesianos europeos, pero enfermó gravemente y falleció en 1905 con la convicción de haber tenido una adaptación enorme a la cultura occidental, con el deseo de lograr el sacerdocio, pero no para quedarse en Europa, sino para venir y entregarse a su gente; murió con una fe admirable a sus pilares, a Dios, la Virgen María Auxiliadora, a Don Bosco, y con el objetivo de ser un verdadero santo”.