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Un documento retoma el feroz ajuste que se pretende para el INTA: Retiro voluntario, cierre de 11 centros regionales, menos líneas de trabajo y la venta de 42.000 hectáreas de campos experimentales

Javier Milei. Era curioso, ya que ni el propio presidente Nicolás Bronzovich ni la Dirección Nacional del INTA los informaban sobre su futuro inmediato. Y en reemplazo de los carriles institucionales que no funcionaban aparecía este modesto medio periodístico.

No será un anticipo lo que sigue ahora: este documento que publicamos circuló todo el fin de semana entre los celulares de prácticamente todo el universo de empleados del INTA. Nosotros hemos accedido a el desde el jueves pasado y si no lo publicamos antes fue porque quisimos confirmar su veracidad con fuentes oficiales, para no meter la pata.

Luego de 48 horas de espera, ni el propio Bronzovich ni sus voceros desmintieron la veracidad de este documento, que contiene nada menos que el temario que el gobierno quiere imponer al Consejo Directivo del INTA, que fuera renovado en sus integrantes luego de que el Congreso ordenara -en agosto pasado- dar marcha atrás con la intervención de facto del organismo.

Esta semana habrá una nueva reunión de dicho Consejo y los funcionarios de Milei quieren que avale decisiones clave de cara a 2026. Este temario confirma que, pese al revés legislativo y a diversas órdenes judiciales, envalentonado tras las elecciones el gobierno libertario no retrocede ni una coma en sus objetivos con el INTA: achicar fuerte la estructura de personal (actualmente de unas 5.800 personas) y poner a la venta miles de hectáreas de campos experimentales que forman parte de su patrimonio. También poner al INTA al servicio del llamado “agronegocio” (la agricultura y ganadería extensiva), dando por inexistente un vasto sector de productores de pequeña escala que tienen otra agenda de problemáticas.

Adicionalmente, la hoja de ruta de Bronzovich, un agrónomo y productor ligado históricamente con la entidad tecnológica Aapresid, invita a las entidades que conforman el Consejo Directivo del INTA (las cuatro de la Mesa de Enlace más los grupos CREA) a firmar prácticamente el acta de defunción de la conducción colegiada, pues propicia una profunda “modificación de la estructura” del INTA, para (siempre lo mismo) someterla al poder político de turno.

De hecho, se pretende reducir de 15 a 4 el número de Centros Regionales, y por lo tanto se limitaría la posibilidad que tiene el sector privado (a través de sus consejeros en cada uno de ellos) de opinar y decidir los ejes del trabajo de investigación en cada zona del país.

Reiteramos: Bronzovich y sus voceros fueron consultados sobre la veracidad de este temario y prefirieron no responder. Bichos de Campo insistió antes de publicar este documento, pero de nuevo el silencio.

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