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¿Un estorbo en el Frente de Todos? El sorpresivo comentario de Alberto Fernández

“No nos podemos permitir perder… y yo no voy a ser un estorbo y voy a dejar todo para que eso no suceda”, le dijo el presidente Alberto Fernández Axel Kicillof, Sergio Massa y Gabriel Katopodis en un encuentro realizado tras el acto en Cañuelas donde se inauguró un tramo de la Ruta Nacional 3.

Por primera vez en mucho tiempo los “invitados especiales” pudieron estar en la carpa armada a tal efecto, en la que el presidente también se explayó con algunas experiencias tomadas de su última gira europea, en la que le quedó claro el hastío y cansancio que tienen todas las sociedades luego de la pandemia.

Este fue el primer gesto político del presidente que sabía qué estaba diciendo y ante quiénes lo hacía. Seguramente, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner tuvo que elegir a quién atendía primero. Si al gobernador o al presidente de la Cámara de Diputados, quienes se sorprendieron ante semejante gesto. 

En medio de un diálogo algo desordenado, donde se tocaron varios temas, Kicillof comentó su mirada sobre la situación económica y alertó que “la inflación será muy difícil de bajar” y lo argumentó con procesos de aumento de precios como los que se están dando en Estados Unidos de América, que también genera una suba en la tasa de interés de referencia. “Así es muy difícil, por más que los precios de los commodities estén por las nubes y estarán así por una década”, agregó.

Sergio Massa, quien más habló durante el acto inaugural, donde expuso casi como presidente en los hechos, se mostró algo parco cuando el gobernador resaltó la poca trascendencia que le dieron los medios “amigos” a la actividad, que para él, debía ser casi semanal.

“Ya no hay medios amigos”, dijo, irónico, y sugirió alguna solución para tal situación y fue en ese momento cuando Gastón Granados, el hijo y mano derecha del intendente de Ezeiza, el “sheriff” Alejandro Granados, sugirió elevar las pautas, a lo cual todos rieron.

“Fue un gesto que nos soprendió”, dijo un funcionario allí presente sobre la frase del presidente de la Nación y su deseo de no pasar a ser “un estorbo”. “Abre la puerta para que todo esto no se siga desmadrando y lleguemos con algunas posibilidades electorales el año que viene”, dijo la misma fuente.

En ese momento, Kicillof sugirió no hacer demasiados intentos para buscar signos de unidad y aconsejó “dejar las discusiones fuertes para el año que viene, donde todos vamos a ir a unas PASO”.

En cuanto a la oposición, si bien se habló del expresidente Mauricio Macri, la mirada posó sobre “la incomodidad que tiene Rodríguez Larreta (Horacio) ante una elección polarizada. No lo siente, y tratará de desmarcarse y quedarse como el más racional. Esto nos puede dar una oportunidad, la única”, coincidieron.

Raudo, Kicillof, quien ya se volvió a sentir más tranquilo tras la ratificación recibida como candidato para la reelección, dijo claramente que se iba con «Carli» Bianco, hacia General Belgrano, para participar de otra obra y, después, «caminar por todo el pueblo. Hay que salir a explicar lo que estamos haciendo». 

Lo de Bianco no es casual. Fue el principal damnificado de la intervención a su gabinete realizada por Máximo Kirchner a través de su madre cuando la vicepresidenta lo citó a Santa Cruz y le pidió que lo cambiara por Martín Insaurralde

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