Una mujer admirable, Hilda Guerrero de Molina protagonista en una historieta
Antes que nada, recordemos que el Ingenio Cultural es un espacio dentro del Ministerio de Desarrollo Social en el que confluyen tanto creatividades particulares como colectivas y se resuelven en un amplio intercambio de conocimientos, o como lo definen ellos, “Un lugar de encuentro e intercambio de saberes.
Allí está el interesante trabajo del artista Néstor Martín, que es un verdadero orgullo, ya que este destacado creador es parte del staff de Prensa Activa, quien nos deleita diariamente con sus viñetas de aguda mirada y mensaje sobre la realidad cotidiana, entreteniéndonos con una sonrisa, pero también ayudándonos a pensar.
En este caso particular, Martín tributa un homenaje a Hilda Guerrero de Molina a través de una historieta. Recordemos que Hilda Guerrero fue una militante del sindicato de trabajadores de la industria del azúcar, que fue asesinada por la policía durante las manifestaciones públicas por el cierre de los ingenios tucumanos dispuesto por la dictadura militar, cierre del que justamente hoy se conmemora el 54 aniversario. Recordemos que, durante esa compleja etapa histórica, un decreto ley del 21 de agosto de 1966 dio comienzo a la devastación y desmantelamiento de los ingenios tucumanos con un saldo de 50 mil despidos y 200 mil migrantes durante la dictadura de Onganía.
“Hablar de Hilda Guerrero de Molina es hablar de una época negra de la historia de Tucumán”, reflexionó el artista. “El ingenio cultural la trae en la memoria dentro de una antología en forma de historieta con el nombre de “Ellas”. Lo más importante es reivindicar la lucha de las mujeres por sus derechos, y uno de los mejores ejemplos es el de Hilda, obrera de la zafra, mamá de cuatro hijos, militante. Su lucha es el ejemplo de lo que las mujeres demuestran a diario. Y que con sus convicciones la llevan adelante” explicó el destacado historietista.
“¿Por qué Hilda? Elegirla fue al mismo tiempo el descubrir a una mujer íntegra y apasionada por su familia y por la lucha popular. Durante la Dictadura de Eduardo Lonardi, fue detenida durante tres semanas en las que fue torturada y violada con materiales punzantes, al punto de ser atendida por una perforación en las paredes del útero”. Agregó.
En el propósito de normalizar y modernizar el Estado, la Dictadura lanzó lo que se conocería como “Operativo Tucumán” que golpeó enérgicamente la industria azucarera, generando la intervención y el ulterior cierre de 11 de los 14 ingenios intervenidos, entre ellos los ingenios Bella Vista, Esperanza, La Florida, Lastenia, Nueva Baviera, La Trinidad y Santa Lucía.
“Luego de pasar por todo esto no declinó en su lucha y como militante de FOTIA, organizaba ollas populares durante las tomas de los ingenios. Una de las primeras medidas del gobierno militar que tomó el poder en 1966 con el general Juan Carlos Onganía el 21 de Agosto (se cumplen hoy 54 años), fue intervenir varios ingenios tucumanos y cerrar otros cinco. Ese fatídico 12 de enero de 1967 la FOTIA convocó a concentrarse en Bella Vista (Tucumán), en el ingenio de Santa Lucía cerrado ese año. No dudo un segundo en ir a Bella Vista ya que habían cerrado el ingenio allí y sintió que debía estar presente. Los acontecimientos son conocidos, la policía -brutal- dispara sobre los manifestantes, la mayoría mujeres y niños. Hilda queda tendida en el suelo muerta, cuando la gente vio lo que ocurrió, enardecida corre a la policía hasta la comisaria donde se resguardan».
«Pareciera que en la vida real el final de la película casi siempre termina con la heroína muerta. Pero ese ejemplo de lucha nos llega a través del tiempo, y nos deja su mensaje, su presencia para que Hilda se levante en un puño apretado a reclamar por sus derechos y el de todas las mujeres” recordó el artista.
“Llegué hasta el Ingenio Cultural gracias a la invitación de Gustavo Calleja y desde allí encontré la posibilidad de lanzar este homenaje”, manifestó el artista refiriéndose al ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.
Néstor Martín hizo una historieta sobre la vida de Hilda para que el lector se aproxime con facilidad a una historia que se sitúa en el epicentro del sufrimiento y el daño de toda la sociedad argentina de la década del ‘60; el relato y el dibujo se tornan ineludibles en el momento de generar una narración que, en realidad, es una desdichada tragedia que aún hoy nos apalea y nos sacude, incluso, a través de las ineludibles consecuencias sociales.
El protagonismo de Hilda deambula todavía y ronda a través de recuadros y viñetas, siempre activa y presente hasta en las ollas populares, de cara al reclamo, frente a la vida en los contextos y las tramas en los que a ella le tocó existir y le tocó ser asesinada, este es un testimonio más de su lucha.