Cayó el consumo de carne vacuna y los precios podrían subir otro 10%
Productores de pollo y de cerdo lo ven como una oportunidad para ganar más espacio en la dieta cárnica de los argentinos
En un contexto inflacionario, los alimentos es uno de los rubros que más aumentaron los precios, y la carne vacuna siguen encareciéndose.
En lo que va del año el precio de la carne aumentó por causas como el fin de un ciclo de liquidación de ganado que se dio hasta fines 2023, la liberación de exportaciones y el propio proceso inflacionario.
En enero, los precios de los cortes vacunos no fueran convalidados por los consumidores y debieran retrotraerse, pero en lo que va de febrero los valores de la hacienda y en el mostrador se van reafirmando, aunque el consumo interno cayó fuertemente, unos 42 kilos por habitante/año, sustituido en parte por mayor consumo de carne de cerdo y de pollo.
A principios de diciembre se inició un ciclo de retención o recuperación de rodeos al cabo de un ciclo de liquidación que duró “bastante más de 1 año y en el que probablemente se perdieron entre 2 a 2,5 millones de cabezas durante 2023″, dijo Tonelli, según quien la recuperación de los precios de la carne vacuna se debe a que “estaban un poco atrasados”, pero también a “una participación cada día más importante de las exportaciones dentro de la oferta total disponible”. De hecho, en diciembre las exportaciones fueron algo más del 30% del total y enero daría una participación cercana al 33 por ciento. “Eso marca lo que se anticipaba que se iba a generar a partir de la liberación de las prohibiciones y restricciones a las exportaciones”, que aplicó el gobierno anterior, precisó Víctor Tonelli, consultor privado de ganados y carne vacuna.
Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (CICCRA), señaló al respecto que el récord de las exportaciones de carne de enero, estimado en más 100.000 toneladas, incluido carne con hueso, se da “no porque se haya producido en enero toda esa cantidad de carne”, sino también con el aporte de carne que se había producido en diciembre, cuando todavía había restricciones, y que se exportó al mes siguiente, al levantarse las medidas restrictivas.
Menor poder adquisitivo
Junto con el crecimiento de las exportaciones en el mercado interno se ve “una caída fenomenal del poder adquisitivo y del volumen de consumo que promedió en torno de los 40 a 42 kilos por habitante por año”, debido al proceso inflacionario, observó Tonelli. Los precios actuales de la hacienda que en la semana que pasó estuvieron en torno a los $1700 a 1800 el kilo vivo, de un novillito de consumo bueno, y de $1.600 y fracción del Índice de Novillo del Mercado Agrogranadero de Cañuelas (MAG), “se van a mantener durante febrero. Eso implicaría que estaríamos hablando de un precio promedio a la carne de entre $6.000 a 6.500″, una suba respecto de 10% respecto de enero, “o algo más y, a partir de marzo, probablemente una caída mayor de la oferta y una suba más importante del ganado y del precio de la carne vacuna al público”, estimó Tonelli.
Por su parte, Sergio Pedace, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), operadores que representan un 70% del comercio de carne vacuna a las carnicerías, donde se vende cerca de 80% de los cortes al consumidor argentino, destacó que en la evolución de los precios respecto de la inflación en lo que va del año “hay muchos altibajos”.
“Hacienda hay, aunque no de más, y se va afirmando de a poco el precio; por la inflación y por las paritarias, los gastos y los insumos. Los precios se van a ir afirmando y de a poco van a ir subiendo y acompañando la inflación”, comentó. El alza en los valores, explicó, “ya no depende del consumo interno, porque la gente se ha volcado más al cerdo, que está muy barato, y al pollo, que ya llegó a su techo” de consumo.
La otra carne
Ante el mayor precio relativo de la carne vacuna, los cortes porcinos son una opción de proteína animal para los consumidores. Juan Uccelli, director de la consultora especializada JLU, dijo que el precio de la carne porcina empezó 2024 en alza pero a partir de mitad de enero, “ante los precios altos y la cercanía con los de la carne vacuna, comenzó a bajar”. Con respecto a diciembre, precisó, la carne de cerdo al público bajó el 0,2%, muy lejos de la inflación y se puso nuevamente competitiva con el vacuno y cercana al precio del pollo”.
La oferta de capones seguirá aumentando, dijo Uccelli, pues “las inversiones y la mejora en la producción en las granjas ya se hicieron y tendremos un aumento durante el año de 6% de producción, como mínimo”. Sobre la evolución de precios, consideró que durante febrero los valores aumentarán muy poco y podrían agrandar la diferencia con los de la carne vacuna.
El pollo en el sube y baja
De la otra carne alternativa, la de pollo, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) dijo que comportamiento del mercado es bastante incierto. “La demanda y el precio -explicó- dependen fundamentalmente del bolsillo de la gente. El pollo es un producto de consumo masivo, en especial en una franja de clase media a baja. Se mantiene también el consumo en el corte principal que es la suprema”. En cuando a precio, en lo que va del año la carne de pollo viene en un sube y baja.