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Freddy: una fiesta inolvidable

Hoy habría cumplido 74 años, y sin embargo, mientras estallan las redes recordando al ídolo de Queen de diversas maneras, Prensa Activa ha querido acercar a sus lectores un homenaje, digamos, especial.

Un día como hoy, en 1985, en la ciudad de Münich, Alemania, en donde Freddie estaba viviendo mientras trabajaba en su primer disco en solitario, se encontró celebrando su cumpleaños número 39, y como no podía ser de otra manera, el ídolo se puso a organizar una fiesta impresionante y que fuera para recordarse para siempre.

Freddy mientras canta su famosa canción «Living on my own«, un tema icónico en su carrera.

El video cuyo link le acercamos con el tema “Living on my own”, literalmente, es un registro, elaborado a partir de la película original de 35 mm que se filmó de aquella velada legendaria, señera, controversial.

La celebración fue en un boliche famoso por aquella época en Münich, El club de travestis de la señora Henderson, en donde se congregaron alrededor de 300 amigos invitados, algunos de ellos muy famosos como Mary Austin, Boy George, Steve Strange, Jim Hutton, Brian May, el mánager John Reid, el mánager de Freddie y Queen Jim Beach y una pintoresca muchedumbre de cantantes y presentadores, con el famoso paparazzi Richard Young vestido como una drag queen haciendo las fotos del portentoso acontecimiento.

Eso sí, Freddie era muy detallista en cuanto a estética así que impuso a sus convidados que solo podrían concurrir vestidos de drag, y el blanco y negro fueron los únicos colores autorizados en las indumentarias de aquella velada.

Hay mucho debate sobre el tema, y no se puede afirmar con total certeza si fue o no la bacanal más loca y desenfrenada jamás grabada. Lo que sí se puede afirmar, en cambio, es que es un estupendo telón de fondo para un tema insuperable. Los que lo conocían testifican que nadie montaba fiestas como el, y si el lector ama la música de Mercury es seguro que querría haber dado cualquier cosa por haber participado de aquella juerga.

Lo cierto es que las imágenes se tomaron desde un techo giratorio donde se articuló una cámara de 35 mm que filmó durante toda la noche mientras los 300 amigos más próximos de Freddie disfrutaban de la juerga. El metraje, que fue dirigido por el austríaco Rudi Dolezal, descolocó al jefe de discográfica, Walter Yetnikov cuando lo vio. Le impactó tanto, que enseguida prohibió poner en televisión las partes que pudieran, según él, ser “percibidas como promiscuas”. El vídeo fue instantáneamente guardado en el archivo y el single se atascó en el puesto 50 de las listas.

En 1993 el video se publicó y llegó casi de inmediato al número 1 y en 1994, de forma póstuma, Freddie recibió un Ivor Novello Award al Éxito Internacional del Año.

Lo importante de todo esto, siempre será Freddy. Siempre, porque ya es imperecedero, eterno, inmortal. ¿Qué podría ser mejor que recordarlo de fiesta si sabemos que amaba ese desenfreno, aunque para muchos roza lo bizarro, es una filmación inédita, única, no ficcional de la decadencia de fines del siglo XX?

Celebremos pues su vida, la vida de un artista inigualablemente talentoso que se llamaba Freddy Mercury.

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