La internación de Francos que sobresaltó al Gobierno, el rigor del «triángulo de hierro» y una definición clave
El jefe de Gabinete, pieza clave de la gestión libertaria, terminó hospitalizado tras un pico de estrés y recibió el alta 36 horas después. Las decisiones de Milei, los desacuerdos con Santiago Caputo y un tenso diálogo con Adorni. La exigente agenda que tiene por delante la Casa Rosada.
El Gobierno vivió los últimos cinco días arriba de una montaña rusa. Si bien ninguna crisis es oportuna, el sobresalto que provocó la internación del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, excedió largamente las fronteras de la Casa Rosada y del oficialismo y le sumó presión a una administración que enfrenta una apretada agenda de desafíos políticos. Fueron 36 horas de incertidumbre, que terminaron después de la frase que pronunció él mismo al salir de la clínica de Belgrano: “Sí, continúo”. Es que la inquietud por su futuro no sólo estaba en el oficialismo, sino que alcanzaba al denominado “círculo rojo”.