Petroleros ponen en jaque al futuro de los biocombustibles

Una carta del presidente de ADEFA, Daniel Herrero, enviada al Ministerio de Desarrollo Productivo, mostró un duro panorama para el sector de biocombustibles, en especial al alcoholero y por ende a la actividad azucarera que ve aparecer una dura contienda contra petroleras y automotrices a las aspiraciones de elevar la mezcla de alcohol en naftas. Incluso podrían hasta perder la participación actual y eso cayó como una bomba en cañeros e industriales azucareros.

Herrero, quien es presidente también de Toyota, sin medias tintas alerta sobre un conflicto que va tomando forma entre el campo, automotrices y petroleras. La misiva adelanta un debate: el de la matriz energética que elegirá el Gobierno. Advierte sobre los costos requeridos en renovación, algún efecto contaminante, el golpe a la billetera de los consumidores y el impacto sobre los motores de los autos del actual parque automotor que puede tener un proyecto presentado por la denominada Liga Bioenergética formada por algunas provincias (Santa Fe, Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires) que pretende reemplazar la ley de biocombustibles sancionada en 2006 y cuya fecha de vencimiento es en mayo de 2021. El grupo en cuestión

La norma que vence en 2021 obliga actualmente a mezclar un 12% el etanol en las naftas y en un 10% el biodiésel en el gasoil. El proyecto de la Liga es gerenciado por el Ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán Luis Fernandez y pretende llevar el primero a un 15% sin un marco temporal establecido y el segundo, al 15% en forma inmediata; al 18%, en 18 meses, y al 17,5% -como máximo- el 31 de diciembre de 2027.

Los petroleros, en alianza con las automotrices, afirman que un proyecto así no sólo implicaría una suba de precios en los surtidores a los consumidores, sino que provocará una baja en la recaudación del Estado por una caída retenciones, ya que derivaría producción del campo a la industria energética.

En la otra esquina los productores de biocombustibles sentencian que es tiempo de una nueva ley. Dicen que lo que fabrican es mejor para el medioambiente que los combustibles fósiles y aseguran que esta idea permitirá reducir las importaciones, o sea, gastar menos dólares. No es una promesa menor en tiempos de escasez de divisas y cepo cambiario y enarbolan el eslogan de que por ejemplo en Tucumán tenemos un Dubai, pero sobre la superficie y encima renovable.

Ante la presión política que vienen consolidando las 11 provincias productoras de biocombustibles (incluso el debate se inicia en el seno del parlamento del NOA la semana próxima) el poderoso tanden petroquímico-automotriz puso en marcha y en la misiva, que publican en exclusiva los periodistas Francisco Jueguen y Pablo Fernandez Blanco del diario La Nacion, consideran «imprescindible» el llamado a una mesa de trabajo con todos los actores del sector involucrados en el tema, «con el objetivo de analizar y discutir en conjunto todos los aspectos que hacer al acrecentamiento del corte de etanol y de biodiésel, a fin de poder consensuar los métodos y procedimientos para poder llevar a cabo tales efectos».

Además la carta a Kulfas cita especialmente el proyecto que ya tuvo media sanción en Santa Fe y que incrementa estos cortes en el caso del biodiésel. Ese apoyo en el Senado de la provincia de Omar Perotti a un corte del 100% para el diésel (flotas cautivas, vehículos del Estado y transporte público) logrado con el apoyo de productores de azúcar, maíz y soja, y evidentemente fue el detonante del reclamo.

Los sectores azucareros (cañeros e industriales)  en tanto, analizaron el conflicto en ciernes el viernes último en una videoconferencia y ven con alerta el efecto tendrá en el mercado del azúcar. La sobreoferta del mercado es casi una realidad ante los problemas que ocasiona la diferencia de cambio y las retensiones para exportar los saldos y encima si la alconafta pierde mercado entonces directamente es un certificado de defunsión para la actividad y las propias provincias.

Las petroleras afirman que un proyecto como el de la Liga «genera una oferta cartelizada, con un mercado cautivo y precio garantizado». Además advierten que «el precio al consumidor termina siendo mayor, ya que el costo en puerta de refinería del combustible fósil es menor al del biocombustible». Pero ponen luego entre sus fundamentos un anzuelo para el Gobierno: «El Estado no percibe divisas por exportaciones de maíz, soja y sus derivados, que se podrían exportar, y deja de recaudar los impuestos no cobrados a la venta del combustible».

Las cartas están echadas. Los productores de biocombustibles aspiran a ganar en el Parlamento. En tanto, las automotrices ponen sus fichas en la Secretaría de Energía. Ganará Vaca Muerta o el Dubai verde. Los petroleros juegan a que no se renueve la ley. Los verdes a poner una nueva normativa que de máxima permita el uso hasta el 100% de bioetanol en los motores.