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Qué se conmemora el Jueves Santo en la tradición católica

La Semana Santa, la celebración más significativa del calendario católico, conmemora en el Jueves Santo momentos clave de la vida de Jesús que aún resuenan con fuerza entre los fieles de todo el mundo.

¿Cuál es el origen del Jueves Santo?

Con el inicio de la celebración del Jueves Santo no solo se abre el Triduo Pascual. En este día la Iglesia católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena. Durante esa reunión, Jesucristo dijo: “Hagan esto en conmemoración mía”, festejando a todos los valientes que dijeron “sí”. Además, con el gesto del lavatorio de pies, la Iglesia celebra a todos aquellos que dedican su vida a servir de manera humilde y extraordinaria a los demás. Así ,cumplen con el último mandamiento de Cristo.

El Jueves Santo se conmemora

Este día se conmemora la Institución de la Eucaristía en la celebración de los Santos Oficios. Más tarde, en la denominada hora santa, se rememora la agonía y oración de Jesús en el huerto de los olivos y la traición de Judas.

Se celebran tres grandes acontecimientos, iniciando con la llamada Misa Crismal. En ella se consagra el Santo Crisma bendiciendo los demás óleos que se utilizan en la administración de los principales sacramentos. Por ende, todos los sacerdotes harán la renovación de las promesas realizadas el día de su ordenación. Esta es una manifestación de la comunión existente entre el obispo y sus presbíteros en el sacerdocio y ministerio de Cristo, donde la iglesia celebrará un año más de la institución de La Vida Sacerdotal.

Jueves Santo: Última Cena e inicio de la Eucaristía

Este día da comienzo al Triduo Pascual. Se recuerda la última cena de Jesús con los discípulos, donde se constituye la Eucaristía y el lavatorio de pies llevado a cabo por Cristo.

Según la narración de los Evangelios, Jesús se reunió en la Última Cena con los doce apóstoles para despedirse de todos ellos antes de su muerte, la cual él ya preveía. Además, durante la cena les anunció la traición de uno de ellos, dando a entender que se trataba de Judas Iscariote.

Aquí, el momento clave se produce cuando Jesús toma pan, lo parte y lo reparte. “Tomad y comed todos de él porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. Luego repartió el vino y la definió como “el cáliz” de su sangre.

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