Según una encuesta mundial de la OMS el 90 % de los países han sufrido interrupciones de sus servicios de salud esenciales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una primera encuesta indicativa sobre los efectos de la COVID-19 en los sistemas de salud basada en la información proporcionada por 105 países.
Los datos recopilados en cinco regiones durante el período comprendido entre marzo y junio de 2020 evidencian que casi todos los países (90%) sufrieron interrupciones en sus servicios de salud y que los países de ingresos bajos y medios fueron los que experimentaron las mayores dificultades. La mayoría de los países comunicaron que se habían suspendido muchos servicios rutinarios y optativos, mientras que en los países de ingresos bajos los servicios críticos —como la detección y el tratamiento del cáncer y el tratamiento contra el VIH— habían sufrido interrupciones de alto riesgo.
«El estudio arroja luz sobre las deficiencias de nuestros sistemas de salud, pero también sirve para fundamentar nuevas estrategias con las que mejorar la prestación de atención de la salud durante la pandemia y después de ella,» dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La COVID-19 debería enseñar a todos los países que la salud no consiste en elegir entre una cosa u otra. Debemos prepararnos mejor para las emergencias pero también seguir invirtiendo en sistemas de salud que respondan plenamente a las necesidades de las personas a lo largo de toda la vida».
Los servicios se vieron afectados negativamente de forma generalizada: Según los datos proporcionados por informantes clave, los países experimentaron en promedio interrupciones en el 50% de un conjunto de 25 servicios indicadores. Los servicios que sufrieron interrupciones con mayor frecuencia fueron los de inmunización rutinaria y servicios periféricos (70%), los servicios prestados en centros (61%), el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (69%), la planificación familiar y la anticoncepción (68%), el tratamiento de los trastornos de la salud mental (61%), y el diagnóstico y tratamiento del cáncer (55%).
Los países también notificaron interrupciones en los servicios de diagnóstico y tratamiento del paludismo (46%), detección y tratamiento de los casos de tuberculosis (42%) y tratamiento antirretrovírico (32%). Aunque es posible que algunas esferas de la atención de la salud, como la atención dental y la rehabilitación, se hayan suspendido deliberadamente de conformidad con los protocolos gubernamentales, se espera que la interrupción de muchos de los demás servicios tenga efectos perjudiciales en la salud de la población a corto, medio y largo plazo.
Los servicios de urgencias que pueden salvar vidas se interrumpieron en casi una cuarta parte de los países que respondieron a la encuesta. Los servicios de las salas de emergencia que funcionan las 24 horas del día, por ejemplo, se vieron interrumpidos en el 22% de los países, las transfusiones de sangre urgentes se interrumpieron en el 23% de los países, y la cirugía de urgencia se vio afectada en el 19% de los países.